Nos encanta hacernos la manicura, lo admitimos, al igual que seguir las tendencias en uñas que aparecen cada nueva temporada. Y no nos olvidamos de las uñas de los pies, por supuesto, que se visten de colores con la llegada del buen tiempo y que muchas mantienen impecables durante todo el año. Ahora bien, hay un tema que preocupa desde hace tiempo a los dermatólogos y que tiene que ver con un error que cometemos en nuestras manicuras y que aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel. Puede parecer exagerado, pero no lo es en absoluto. Te lo contamos.
Todas sabemos lo que es pintarte las uñas en casa y, aunque en un primer momento se vean impecables, muchas comprobamos cómo en cuestión de pocos días (en ocasiones de horas) ya están estropeadas. De ahí que se haya desatado en los últimos años la pasión por las manicuras permanentes, que puedes hacerte en todo tipo de centros y locales de belleza a precios realmente asequibles.
Las más avanzadas se han hecho con su propio kit de manicura permanente para conseguir en casa unas uñas que se mantengan perfectas durante semanas. Sin embargo, en ambos casos se nos escapaba un elemento que pone en riesgo nuestra salud.
Para conseguir ese acabado impoluto y duradero que tanto nos gusta, se utilizan lámparas de luz ultravioleta que secan y sellan el esmalte. Las radiaciones UV que emiten este tipo de lámparas afectan a nuestra piel y están detrás de determinados casos de cáncer de piel. De hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera las radiaciones UV la causa principal del cáncer de piel, tanto si proviene de radiaciones solares como de lámparas de este tipo.
No todas las lámparas de luz ultravioleta son iguales, sin que influya que sean de un centro profesional o para uso doméstico. Y lo cierto es que la radiación que emiten es baja, en cualquiera de los casos, pero no es posible determinar qué tipo de aparato es más o menos perjudicial. De hecho, los expertos aseguran que todas las lámparas de este tipo, al emitir luz ultravioleta, son dañinas para la salud de nuestra piel.
Si no contemplas prescindir de tu sesión de manicura permanente, al menos sí deberías tomar precauciones para que proteger tu piel de posibles daños irreversibles. La principal medida es aplicar un protector solar con FPS 50+ en tus manos 30 minutos antes de hacerte las uñas. Aplícalo tanto en la palma de la mano como en el dorso. Y, en la medida de lo posible, espacia las manicuras que precisen de una lámpara de luz ultravioleta para el sellado y secado.