Cada vez nos preocupa más realizar un consumo responsable y sostenible en todos los ámbitos, incluyendo la cosmética. Lo hacemos pensando tanto en el cuidado del planeta como en nuestra propia salud, intentando prescindir de aquellos componentes que puedan resultar dañinos de una manera u otra. Términos como cosmética natural y cosmética ecológica ganan posiciones en nuestras elecciones personales, aunque debemos saber que no significan lo mismo. Te contamos a qué tipo de productos se refiere cada uno y en qué se diferencian.
Es, posiblemente, de la que más oímos hablar. Se trata, como es de suponer, de un tipo de cosmética que se elabora solo con ingredientes considerados naturales. Estos ingredientes no son únicamente de origen vegetal, ya que también los hay de origen animal, como la leche de cabra o la cera de abejas. Cuando el cosmético se ha elaborado solo con ingredientes vegetales, además de ser natural se le considera vegano.
Para que un cosmético se considere natural y pueda obtener la certificación correspondiente, el 95% de su composición ha de ser de ingredientes naturales. Además, el 5% restante no puede ser dañino ni tóxico para la naturaleza. Existen cosméticos 100% naturales, aunque son más difíciles de encontrar.
Para que un cosmético sea considerado ecológico debe cumplir con ciertos principios fundamentales que garanticen que es acorde a la política de producción ecológica de la Unión Europea. Además, debe haber sido elaborado a partir de ingredientes naturales y no estar testada en animales. Los principios que establece la UE son:
En la cosmética ecológica, además, los ingredientes no deben contener químicos sintéticos, conservantes artificiales y otras sustancias que deriven del petróleo. También hay que tener en cuenta que el uso de la energía sea sostenible y la reducción del impacto medioambiental en el proceso de fabricación y distribución. Para obtener la certificación, es necesario que al menos el 95% de los ingredientes sean ecológicos.
De todo lo dicho hasta aquí, la primera conclusión que sacamos es que para que un cosmético sea considerado ecológico, debe ser también natural. En cambio, los cosméticos naturales no tienen por qué ser ecológicos, aunque alguno de sus ingredientes sí lo sean. Solo en el caso de que ese porcentaje alcance el 95% será considerado ecológico y podrá obtener el sello que lo certifica de manera oficial.