La frecuencia con la que puedes usar las planchas sin dañarte el pelo, según los expertos

Conseguir una melena fuerte y bonita es el principal objetivo de las mujeres cuando hacen hincapié en los cuidados para su pelo. En las buenas prácticas para que se vea saludable y brillante no hay que olvidar que todo aquello relacionado con moldearla (y que tanto se utiliza) puede también desgastarla. Herramientas como el secador, plancha o tenacillas que, aunque hacen la vida mucho más fácil, también conllevan una serie de riesgos para las fibras capilares.

De entre todas ellas, las favoritas con diferencia son las planchas, pues ofrecen un amplio abanico de posibilidades a la hora de darle forma: liso, ondas XXL, con forma en las puntas… El abanico de posibilidades que ofrecen no puede ser más amplio. Sin embargo, su uso frecuente puede tener un impacto negativo en la salud y apariencia del cabello.

"El uso excesivo de las planchas puede debilitar la queratina del cabello y hacerlo más propenso a la rotura. Se recomienda utilizarlas con moderación y combinarlas con métodos de peinado sin calor para preservar la salud del cabello", comenta en su cuenta de Instagram la estilista de celebrities Sunnie Brook, que aunque ve en ellas unas aliadas perfectas debido a su inmediatez y facilidad de uso, apuesta por otros métodos de moldeado tradicionales como por ejemplo los rulos o bigudíes. “Las planchas puede dañar la cutícula del cabello y causar las indeseables puntas abiertas. Por eso siempre aplico un protector térmico antes de usarlas para minimizar los daños”, explica en uno de sus videos tutoriales.

Lo que debes saber si las usas

Antes de determinar la frecuencia con la que puedes usar las planchas, es importante comprender las características de tu propio pelo. En primer lugar, algunos tipos son naturalmente más resistentes y tolerantes al calor, mientras que otros son más frágiles y propensos a dañarse, por lo que resulta clave que conozcas en qué categoría se agrupa el tuyo.

Una vez hecho esto, antes de utilizar la plancha debes también establecer la temperatura con la que trabajarás para que sufra lo mínimo. Los expertos recomiendan utilizar las más bajas para cabellos finos, dañados o tratados químicamente, y temperaturas más altas para cabellos gruesos y resistentes. Asegúrate siempre de leer las instrucciones del fabricante y utilizar protectores térmicos antes de aplicar calor en el cabello.

Otro de los puntos a considerar es la rutina capilar. Pues para minimizar los posibles daños, es importante mantener una constante. Esto incluye el uso de acondicionadores hidratantes, mascarillas capilares nutritivas, aceites y sueros protectores del calor. Además, recuerda realizar recortes regulares para eliminar las puntas abiertas y mantener el cabello saludable.

Ahora bien, ¿con qué frecuencia puedo utilizarlas?

Una respuesta que depende de cada caso en concreto, ya que la frecuencia de uso de las planchas puede variar según el tipo de pelo y la salud general del mismo. Sin embargo, por normal general los expertos sugieren limitar el uso de las planchas a no más de dos o tres veces por semana. Esto permite que el cabello se recupere y minimiza el riesgo de daños. Durante los días en los que no utilices la plancha, puedes optar por otros métodos de peinado que no involucren calor, como el secado al aire o el uso de rulos.

Por último, no hay que olvidar que resulta esencial estar atenta a las señales de daño en el cabello que son un claro indicativo de su estado de salud. Así que, si notas puntas abiertas, sequedad excesiva, fragilidad o pérdida de brillo, es posible que estés usando la plancha con demasiada frecuencia o a una temperatura demasiado alta. En ese caso, es recomendable reducir la frecuencia de uso y darle al cabello tiempo para recuperarse.