Para quienes no podemos o no queremos ponernos al sol vuelta y vuelta (me incluyo en el segundo grupo), la ciencia ha inventado el autobronceador. En lugar de dorar nuestra piel estimulando a los melanocitos (esas células que se encargan de colorear ojos, cabello, etcétera), el autobronceador hace que su ingrediente principal, DHA (dihidroxiacetona), reaccione químicamente con la capa más externa de la dermis y la tiña. Es decir, logramos un color dorado sin los riesgos de la exposición solar continuada.
Pero eso ya lo sabíamos. También sabemos cómo aplicarnos el autobronceador y el cuidado que debemos tener para que no queden pegotes reteñidos, zonas sin cubrir o irregularidades varias; sin embargo, todas hemos sido alguna vez aquella chica de “la he liado parda” y nos hemos encontrado con un pequeño desastre. ¿Cómo arreglarlo? Te traemos varias soluciones.
El zumo de limón es un clásico. Al tratarse de un ácido tiene la capacidad de aclarar esas zonas en las que se te ha ido la mano con el autobronceador. Aplica el zumo y déjalo actuar unos minutos para aclarar luego con agua tibia. Si tienes vinagre de manzana, mezcla una parte de vinagre con una de agua y aplica y retira de la misma manera.
Si se trata de áreas pequeñas también puedes probar con bicarbonato de sodio: haz una pasta con agua. Déjalo actuar y retíralo exactamente igual que el zumo de limón o el vinagre con agua.
Si aún disfrutas de una bañera, un baño de entre 30 y 60 minutos va a preparar tu piel para que retires todo el producto. Después, frota con un guante de crin o una esponja natural.
Si tienes agua micelar en casa (sí, la que usas para desmaquillarte), quizá cuentes con la solución. Las micelas son estructuras químicas esféricas, con capacidad para atrapar en su interior muchos tipos de sustancias, incluido el autobronceador. Aplica el agua micelar con suavidad y verás cómo, poco a poco, el manchón de autobronceador va desapareciendo.
Como sabes, el autobronceador tarda unas horas en mostrar su verdadero rostro; pero si al poco de aplicártelo ya ves dónde esa pigmentación va a mutar en desastre, te recomendamos toallitas desmaquillantes. Estas son realmente eficaces en los primeros compases y pierden capacidad de eliminarlo conforme van pasando las horas. Por cierto, mucho mejor las que llevan agua micelar (por lo que te acabamos de contar).
Como explicábamos al comienzo del artículo, la DHA tiene la capacidad de pigmentar la parte más superficial de la piel. Es decir, las células muertas. O sea, que una exfoliación terminará sí o sí con tu problema. ¿Ventaja? Tienes altísimas probabilidades de éxito. ¿Desventaja? Es muy posible que tengas que empezar de cero si lo que querías era corregir un error.
Si nada de esto te convence, existen distintos productos en el mercado específicamente diseñados para el fin que nos ocupa. Los borradores de autobronceador se formulan con diversas texturas (gel, mousse, discos…) y su eficacia está contrastada. En Primor puedes encontrar la espuma borradora de bronceado Bondi Sands, por 9,95 euros.
Pero ocurre que no todas las pieles reciben con la misma alegría, por decirlo de alguna manera, las bondades del autobronceador. Es decir, que puede que la tuya encuentre más facilidad para borrar los errores… o todo lo contrario. Bien, nuestro consejo es que pruebes primero en una pequeña zona del cuerpo la fórmula elegida. Si no funciona, prueba otra. Y, si funciona a medias, combínalas. A veces no damos a la primera con el remedio más eficaz, así que ¡paciencia, que tú puedes arreglar esto!