Dicen que uno de los grandes inventos de la humanidad (con permiso de la penicilina, claro está) fue la fregona, que, por cierto, tiene origen español; sin embargo, poco se habla de la revolución que han supuesto los esmaltes de uñas de larga duración o, lo que viene a ser lo mismo, la manicura semipermanente. Claro que hay muy buenos esmaltes de uñas tradicionales que son de larga duración, pero en cuanto te lavas el pelo un par de veces y tecleas un par de jornadas frente al ordenador, lo siento, pero no hay laca de uñas que lo resista. Y precisamente por esa razón, la manicura semipermanente cuenta cada vez con más adeptas.
Duran más, brillan más y, aunque hay centros de manicuras con, incluso, lista de espera, no sabemos todo lo que creemos sobre ellas. Y por eso hoy nos hemos propuesto un reto en la redacción de Divinity.es: aclarar todas las preguntas que todas nos hemos hecho alguna vez sobre la manicura semipermanente con la ayuda de dos expertas.
Una de las principales ventajas del esmalte semipermanente es su durabilidad, pero ¿cuánto tiempo debemos esperar entre cada manicura? Según Anna Dobrokhotova, instructora internacional de uñas para Semilac, "el gel UV aplicado correctamente puede durar hasta 21 días sin perder su brillo ni deteriorarse." Esto significa que, en teoría, no es necesario esperar entre aplicaciones, siempre y cuando las uñas estén en buen estado y se utilicen productos de alta calidad.
No obstante, hay que tener en cuenta que "el estado de la placa de la uña puede deteriorarse como resultado de un limado demasiado fuerte de la superficie o una eliminación incorrecta o agresiva del esmalte de gel UV”, tal y como recalcan desde Semilac. Y esa es una de las razones por las que es importante acudir a profesionales capacitados que garanticen una aplicación y retirada segura del esmalte.
Por otro lado, Lara López, CEO de Le Salon Nails para Essie, coincide en que no es necesario realizar una pausa entre aplicaciones si la manicura se ha realizado correctamente. Sin embargo, advierte que "no debemos alargar demasiado la vida de nuestro esmalte, puesto que puede estar levantado sin que nos demos cuenta y así coger hongos por la humedad.”
Las cutículas son las encargadas de proteger la matriz de la uña, que es la zona responsable de su crecimiento. Actúan como una barrera natural que impide que bacterias y hongos entren en la base de la uña y previenen infecciones. Además, ayudan a mantener la hidratación de la piel que las rodea y evitan la sequedad y las grietas. Pero ¿es necesario retirarlas? Según Dobrokhotova, de Semilac, "el proceso de retirar las cutículas de las uñas debe realizarse con regularidad, preferiblemente entre un esmaltado y otro," ya que las cutículas agrietadas y secas no solo son antiestéticas, sino que también pueden doler y provocar infecciones.
Bien es cierto que las cutículas tienen una función protectora, pero a veces prima la estética. Lara López, CEO de Le Salon Nails para Essie, explica que "aunque las cutículas están para proteger la parte alta de las uñas, quitarlas es más una cuestión estética”. Sin embargo, es importante hacerlo con mucho cuidado.
Existen muchos mitos sobre los posibles daños que los esmaltes semipermanentes pueden causar a las uñas y, en los últimos meses, se ha hablado largo y tendido sobre ello. Desde Semilac aclaran que "el esmalte de gel UV aplicado y retirado correctamente no daña la placa de la uña." Los problemas suelen surgir de una mala técnica, como un limado excesivo o cuando, en casa, nosotras mismas pensamos que es muy buena idea arrancar el esmalte. "Lo que es malo es la manera de retirarlos, debemos ser cuidadosos con nuestras uñas,” apostillan desde Essie.
La calidad del esmalte es clave para asegurar una manicura duradera y segura. "La consistencia del producto debe ser uniforme, no demasiado líquida, pero tampoco viscosa, como la miel líquida", dice Dobrokhotova. Además, la pigmentación debe ser alta y uniforme, y no debe haber un olor penetrante al abrir el frasco, ya que esto puede indicar baja calidad.
Otra pista nos la da el esmalte a posteriori, es decir, cuando lo vamos a retirar y hay que hacer grandes esfuerzos para lograrlo. "Un esmalte semipermanente de peor calidad es fácil de identificar cuando no se puede retirar de forma fácil con los removedores específicos", detalla la CEO de Le Salon Nails. Y es que este tipo de esmaltes suelen requerir un limado intensivo para eliminarlos y, al final, nos acaban dañando la uña.
A pesar de lo que muchos creen, no es necesario hacer pausas entre aplicaciones si el proceso se realiza correctamente. Dobrokhotova asegura que "si se realiza correctamente utilizando productos de alta calidad, se aplica sobre uñas sanas y fuertes, y se retira con destreza, es un método completamente seguro para tus uñas, ¡y no tienes que hacer pausas para llevarlo!"
Sin embargo, si decides dar un respiro a tus uñas, aprovecha ese tiempo para un cuidado adicional, como aplicar aceite de uñas dos veces al día, especialmente en las cutículas y la matriz de la uña, un endurecedor, y mucha hidratación para las manos (sin olvidarte del SPF, claro, ya que las manos son una de las zonas que más envejecen si no las cuidamos).
Hard to Resist Rosa, de Essie: Endurecedor de uñas diseñado para fortalecer uñas frágiles, especialmente tras el uso de esmaltes semipermanentes. Con tecnología Nail Bonding, refuerza la superficie de la uña, reduce la fragilidad en solo 3 días y aporta un brillo natural. Precio: 14,40 euros.
Semilac Aceite para uñas Kiwi Mango: Aceite nutritivo para uñas y cutículas con ingredientes como aceite de ricino y vitamina E. Proporciona un cuidado eficaz, promoviendo uñas saludables y bien cuidadas. Precio: 3,90 euros.
Crema de Manos Elasticidad Intensa SPF 20, de Neutrógena: Crema de manos que ofrece hidratación profunda y mejora la elasticidad de la piel. Combina la Fórmula Noruega con minerales activos para estimular la síntesis de colágeno y proteger contra las manchas solares con SPF 20. Ideal para uso diario, especialmente en pieles sensibles. Precio: 7,57 euros.