Skincare de otoño: 5 imprescindibles para afrontar la nueva estación

El cambio de estación es siempre un hándicap para nuestra piel, que tiene que adaptarse a un clima distinto. La transición hacia el otoño demanda cuidados extraordinarios: ¿por qué? El verano implica, normalmente, deshidratación. El sol, la sal, el cloro y, por qué no decirlo, cierto descontrol de nuestras rutinas (bebemos menos agua y, en ocasiones, más alcohol), hacen que nuestra piel pierda parte de su manto hidrolipídico, responsable de que la piel luzca hidratada y luminosa. Esa misma exposición al sol también puede implicar la aparición (o empeoramiento) de manchas en el rostro. 

Así pues, el fotoenvejecimiento y la deshidratación necesitan ser revertidos; por otro lado, hay que fortalecer la piel del rostro, que está más expuesta que la del resto del cuerpo a la contaminación, el frío, el viento… Con esta información, veamos cuáles son las rutinas de skincare perfectas para iniciar el otoño con buena cara.

Te maquilles o no, piensa que tu piel también se ensucia a lo largo del día, especialmente si vives en una ciudad grande. La contaminación atmosférica obstruye los poros, y es imprescindible devolverle la frescura al rostro al terminar el día. Nuestro consejo: utiliza un limpiador suave, formulado con activos que no resequen. El limpiador facial de CeraVe (15,94 euros/236 ml en Amazon) tiene una textura en crema que al contacto con la piel se transforma en espuma, por lo que resulta muy refrescante y a la vez no reseca, y también sirve para desmaquillar. Su fórmula suave contiene aminoácidos, ceramidas esenciales y ácido hialurónico.

Las vitaminas C y E son micronutrientes naturales que, por una parte, fortalecen el sistema inmunológico y, por otra, son potentes antioxidantes. La vitamina C interviene en la producción de colágeno, la proteína imprescindible para dar firmeza y estructura a nuestra piel. Escoger una crema hidratante de día adecuada a nuestra edad es imprescindible, ya que nos va a aportar los nutrientes necesarios para afrontar correctamente el cambio de estación; y, si puede tener un aporte vitamínico extra, mejor que mejor. La crema de día Nivea Q10 Energy (10,28 euros en Amazon) incorpora en su formulación estas dos vitaminas más la coenzima Q10, otro antioxidante que también refuerza nuestras defensas naturales.

Un protector solar facial no puede faltar en nuestra rutina skincare de otoño; que el verano termine no quiere decir que el sol desaparezca, solo que sus rayos van siendo menos agresivos (pero siguen afectando, y mucho, a nuestra piel). Así que recuerda: antes de salir a la calle, y sobre tu hidratante de día, un protector solar facial. La Roche Posay cuenta con la línea Anthelios; su producto UVmune 400 combina su tecnología de acción protectora con polímeros inteligentes y filtros UVA con antioxidantes y activos hidratantes. 14,94 euros en Primor.

Las manchitas en la cara son otro de los grandes problemas de los que nos preocupamos tras un largo verano con muchas horas de exposición solar, tanto si estamos de vacaciones como si no. Un sérum despigmentante es un aliado perfecto para unificar el tono de la piel y lograr que esas manchitas, al menos, se difuminen. El sérum despigmentante antimanchas de Deliplus (6 euros), en Mercadona, incorpora niacinamida, una vitamina con acción despigmentante; extracto de margarita, que también contribuye a eliminar manchas y hexylresorcinol, un activo que regula la producción de melanina, el pigmento natural que da color a piel, cabello y ojos.

La piel del contorno de los ojos, al igual que la del cuello y el escote, es más fina y, en consecuencia, sufre más los estragos del cambio de tiempo; además, es en esa zona donde más se sufre el paso del tiempo, ya que aparecen las temidas patas de gallo, bolsas y ojeras. Por tanto, debemos procurarle un cuidado extra con la llegada del frío. El contorno de ojos en textura sérum de The Ordinary (9,90 euros, a la venta en Primor) despierta la mirada desinflamando y atenuando ojeras y bolsas gracias a su exclusiva concentración de cafeína y EGCG, extraído de las hojas de té verde.