Ya lo dice el refrán: “A mal tiempo, labios rojos”, y es que esta tonalidad además de ser todo un clásico en el mundo de la belleza, tiene la capacidad de no pasar nunca de moda. Ya se sabe que un toque de rojo en los labios puede transformar por completo tu look, dándote una dosis instantánea de confianza y glamour. Sin embargo, pintarlos y que queden perfectos requiere de una buena técnica, así como atención al detalle. Eso, sumado a practicar sin miedo no falla, y si incorporas los trucos que explicamos a continuación, no tendrás problema a la hora de lucir una boca deslumbrante e impecable.
En primer lugar, antes de aplicar nada, es esencial preparar tus labios para asegurar un acabado suave y duradero. Comienza frotándolos con un exfoliante suave para eliminar cualquier piel muerta (en el caso de que no tengas a mano, un poco de miel con azúcar no falla). Luego, hidrátalos con un bálsamo labial para suavizar y acondicionar. Una vez que estén listos, retira cualquier exceso para asegurar que el labial se adhiera correctamente.
Antes de usar el labial, puedes mejorar la duración del color aplicando una fina capa de base o corrector en tus labios. Esto crea una base uniforme y ayuda a fijar la pigmentación, asegurando que permanezca impoluta a lo largo del día. A la hora de que dure más o menos, lo mejor es elegir uno con textura mate con alta pigmentación que se adapta mejor que los que son más cremosos o ‘glossy’.
A continuación, llega la hora del delineador, una herramienta esencial cuando te pintas los labios de rojo que define y evita desbordes. Decántate por un tono que coincida con tu labial o que sea ligeramente más oscuro para marcar los contornos y evitar que se emborrone, aplícalo con cuidado, siguiendo la forma natural de tus labios. En el caso de que quieras que dure más, rellénalos con este lápiz, como si los estuvieses coloreando.
Ahora toca pintar. Y aunque aplicar el labial directamente desde el tubo es común, el uso de un pincel de labios puede marcar la diferencia en la precisión y el control ya que permite llegar a los rincones y recovecos más fácilmente garantizando una aplicación uniforme. Además, puedes construir el color gradualmente, evitando aplicar demasiado producto de una vez. Por otro lado, recurrir a finas capas es clave para lograr unos labios rojos intensos y duraderos. Después de la primera, presiona con un pañuelo de papel y aplica polvos translúcidos. De este modo ayudarás a fijar el color y eliminar el exceso de producto, asegurando que el labial dure más tiempo sin transferirse.
Para las que quieran marcar al máximo sus labios, el corrector una vez que se ha terminado de pintarlos se convierte en el mejor aliado. Aplícalo con un pincel delgado para definir y resaltar la forma y difumina, se potenciará mucho más el color. No te olvides de llevar en el bolso, además de la barra, el lápiz para retoques rápidos cuando sea necesario.