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Hace ya varias temporadas que la manicura baby boomer ha pasado de ser una novedosa tendencia a convertirse en todo un clásico. Se caracteriza por un efecto degradado suave de la punta a la base que, por sus similitudes con la manicura francesa, ha adoptado el nombre de ‘degradado francés’ y ha conquistado a mujeres como Jennifer Lopez, Nicola Peltz o Selena Gomez.
Tienen en común la discreción, la elegancia y la versatilidad, porque en ambas se utilizan dos esmaltes en tonos suaves, generalmente uno blanco y otro rosado o nude, pero se diferencian en la manera en que se ejecutan, ya que en la francesa se utiliza una base clara en toda la uña que va cortada por una línea blanca en el borde libre, mientras que en la baby boomer hay una transición degradada entre ambos esmaltes.
Para crear una manicura baby boomer de la manera clásica (no con sombra de ojos, que es el truco que se ha viralizado en redes, ni con gel o sobre uñas acrílicas) es necesario elegir dos esmaltes, uno semitransparente para la base en un tono nude, ya sea rosado, marró o beige, y un esmalte blanco para el borde libre, que debe ser más opaco que el de la base para que se aprecie el efecto difuminado.
Para obtener un buen resultado el primer paso es preparar y dar forma a la uña, comenzando por limpiar y desinfectar para, a continuación, elegir el largo que te resulte más cómodo y darle la forma que más te guste. Como en cualquier otra manicura, para que resulte limpia y profesional, también es importante prestar atención a las cutículas.
Con la uña limpia y libre de cualquier tipo de residuos, se aplica una base que la cubra en su totalidad, que ayuda a protegerla y alisarla, además de facilitar la adherencia del esmalte. A continuación, hay que dar una capa del esmalte nude elegido para la base y, una vez seco, hay que pasar a crear el degradado. Si no tienes demasiada práctica, te puede ser útil aplicar alrededor de la uña una capa de látex líquido para evitar que los dedos se manchen de esmalte al hacer el degradado.
Para realizar el degradado se utiliza un esmalte blanco con bastante pigmento que se aplica con una esponja poco porosa desde el extremo libre de la uña hasta la mitad. Para lograr el efecto difuminado hay que trabajar con movimientos suaves, repitiendo este paso las veces que resulte necesario porque siempre es más sencillo añadir que quitar.
Cuando el degradado se haya secado, solo queda añadir una última capa, un ‘top coat’ que proteja la uña y le aporte un acabado brillo. Si aplicaste una capa de látex líquido, es el momento de retirarlo con un palito de naranjo y seguidamente utiliza un aceite para hidratar las cutículas.
La duración de este tipo de manicura depende fundamentalmente del tipo de esmalte elegido y de la técnica que se utilice al aplicarlo. Si se trata de un esmalte normal, la duración se puede prolongar entre 5 y 7 días, siempre que el esmalte elegido sea de calidad y se adopten medidas como el uso de guantes para realizar tareas que supongan un riesgo para las uñas y el esmalte, además es conveniente aplicar una capa de ‘top coat’ de manera frecuente para sellar de nuevo y reforzar su protección.
Si has optado por un esmalte de gel, la duración se puede alargar hasta 3 semanas, siempre que adoptes los cuidados necesarios. En cuanto a las acrílicas, puedes llegar a tenerlas perfectas hasta 4 semanas, pero como el crecimiento de la uña hará visible la base natural, será necesario rellenar el hueco.
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