La revolución que ha experimentado el skincare en los últimos años es asombrosa. Hemos pasado, casi de la noche a la mañana, de usar una crema hidratante por la mañana y otra por la noche a experimentar las bondades de activos como la vitamina C, el retinol, el ácido salicílico, el ácido hialurónico o los péptidos. Si damos con la combinación adecuada, en una especie de alquimia milagrosa, podemos ofrecerle a nuestra piel los cuidados que realmente necesita de manera personalizada.
Ahora bien, hay activos que no deben mezclarse nunca, y es importante saber cuáles son para no dañar la piel. Uno de los más utilizados es la niacinamida por sus grandes beneficios y, además, es uno de los más agradecidos a la hora de crear combinaciones, pero hay un activo con el que nunca se debe mezclar. Descubre cuál es y cómo puedes usar la niacinamida sin riesgos.
La niacinamida es una forma soluble en agua de la vitamina B3. Una de sus características es que tiene bajo peso molecular, lo que le permite llegar hasta las capas más profundas de la piel. Puedes encontrarla como ingrediente único en un sérum, pero también como uno de los componentes destacados de otros productos faciales como geles limpiadores, cremas hidratantes o protectores solares. Es muy bien tolerada por todo tipo de pieles y cuenta con muchos beneficios que no debes pasar por alto.
Tal y como hemos dicho, la niacinamida se tolera en todo tipo de pieles, así que debes tenerla muy en cuenta porque sus beneficios son muy interesantes:
La niacinamida es un activo estupendo, repleto de propiedades y que toleran todas la pieles. Además, combina muy bien con otros activos, pero hay uno que se le resiste. Se trata de la vitamina C, que tanto nos gusta por su poder para unificar el tono de piel y darle elasticidad, reducir las manchas oscuras y las arrugas, además de conseguir que la piel luzca más radiante. El motivo de que no pueda combinarse, por lo general, con niacinamida, tiene que ver con una cuestión química.
La niacinamida se formula con un pH neutro para la piel, porque si el pH es ácido adquiere un poder vasodilatador que pueden producir enrojecimiento en la piel. En cambio, la vitamina C, cuando es pura, tiene un pH ácido para aumentar su eficacia. Si la combinas con niacinamida, será ese pH ácido lo que la haga reaccionar causando irritación en la piel.
Así que en realidad, no es la vitamina C en sí misma la que crea problemas a la niacinamida, sino el pH con el que se formula. Por esta razón lo más recomendable sería utilizar la vitamina C por la mañana y la niacinamida por la noche. Además, el activo más recomendable por la noche es el retinol, que funciona a las mil maravillas con la niacinamida, por lo que si sigues esta pauta podrás utilizar todos estos activos a lo largo del día.
Con todo, no tienes por qué renunciar a utilizar la vitamina C y la niacinamida juntas en tu rutina de las mañanas. Hay dos opciones que te permitirán combinarlas. Una de ellas es si utilizas un derivado de la vitamina C (Ascorbyl Glucoside, Tetrahexyldecyl Ascorbate…) que suelen estar formulados con un pH neutro, lo que evita la irritación. Otra posibilidad es aplicar la vitamina C en la piel y esperar diez minutos antes de aplicar la niacinamida. Ese espacio de tiempo es suficiente para que ambos activos no entren en conflicto.
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