La cirugía plástica no deja de sumar adeptos cada año. Las razones pueden ser muchas, y se habla desde hace tiempo de cómo los selfies han influído en la percepción que tenemos de nuestro físico hasta el punto de querer conseguir el rostro o el cuerpo que nos satisface mostrar al mundo (aunque sea de manera virtual). Entre las intervenciones estéticas más demandadas se encuentra la blefaroplastia o cirugía de párpados.

Los ojos son el espejo del alma, pero cuando los párpados que los protegen presentan bolsas o exceso de piel, lo que nuestra mirada comunica es cansancio, tristeza y envejecimiento prematuro. Hemos acudido al Dr. Julio Millán Mateo, director del Instituto de Cirugía Estética del Ruber, para saber más acerca de esta intervención tan solicitada que rejuvenece la mirada y nos quita años de encima.

Se trata de una intervención quirúrgica que tiende a rejuvenecer la expresión de la mirada, quitando la piel que sobra en los párpados superiores e inferiores y resiste con el paso de los años retirando la grasa que sobresale por debilidad del músculo orbicular y produce esas bolsas tan antiestéticas en los párpados inferiores y alguna vez en los superiores.

Es frecuente que con el paso de los años los pliegues y bolsas aparezcan en los párpados, causados por el exceso de piel y de grasa que se acumula en el contorno de los ojos. Pero no es solo la edad la responsable de estas bolsas.

El Dr. Millán nos aclara que el factor genético también puede ser determinante en su aparición. “Es algo genético -aclara el especialista- que heredamos de nuestros padres y abuelos. Si ellos tienen bolsas y exceso de piel en los párpados, es muy probable que nosotros acabemos teniendo”.

Acerca de cuándo es recomendable someterse a una cirugía de párpados o blefaroplastia, tiene claro que “no es una cuestión de edad, no hay una determinada, aunque la mayoría de los pacientes no son personas de 20 o 30 años, sino mayores. El momento adecuado es cuando se presentan los síntomas necesarios para poder realizar la intervención”.

Está claro que el objetivo principal de este tipo de intervenciones es mejorar el aspecto físico, y en este caso el de la mirada. Podemos afirmar sin ningún tipo de complejo que se trata de una operación con una finalidad estética, pero no siempre es así.

El Dr. Millán nos cuenta que, en ocasiones, “la piel que se acumula en el párpado superior llega a ser excesiva y cae sobre las pestañas, produciendo sombras en la visión que suponen una verdadera molestia para que el paciente siga su vida normal”.

Es decir, que ya sea por una finalidad puramente estética o se trate de un problema que nos incomoda, la blefaroplastia es una solución eficaz y, además, se trata de una operación sencilla.

La blefaroplastia es una intervención que puede realizarse de manera aislada, pero también acompañada de otras como, por ejemplo, un lifting facial, lo que te permite aprovechar al máximo la operación en el caso de que lo necesites.

En cuanto a la operación de párpados en concreto, se realizan unas pequeñas incisiones en el párpado superior para eliminar la cantidad de piel sobrante, tras una medición previa. Con esta mínima incisión se puede eliminar la grasa acumulada en exceso sin que quede una cicatriz visible.

En el párpado inferior, bajo la línea de pestañas, se realiza otra incisión y se eleva la piel del párpado, eliminando la sobrante. Pero si solo hay que eliminar grasa puede hacerse, si se prefiere, por la parte interna del ojo.

La intervención se realiza con anestesia local y, si fuera necesario, una ligera sedación, pero que garantiza que “el paciente está consciente en todo momento”, asegura el Dr. Millán.

“La recuperación es inmediata”. Es decir, no hay molestias, se puede hacer vida normal tras la intervención y las cicatrices, de haberlas, son casi invisibles. Estas pueden tener un aspecto rosado durante las primeras semanas tras la intervención, pero desaparecen con el tiempo.

El Dr. Millán recomienda a sus pacientes “evitar tumbarse de lado o boca abajo los primeros días y proteger los ojos con unas gafas de sol algo envolventes”. Por lo demás, las complicaciones no suelen ser frecuentes, sobre todo si se siguen las indicaciones del médico.

Lo habitual es que los resultados de la operación se mantengan durante muchos años, para satisfacción del paciente. Aún así, “en ocasiones los resultados dependen de la resistencia del músculo orbicular, y hay a quienes les dura menos tiempo. En cualquier caso, se puede reintervenir pero no es lo más habitual, ya que la experiencia me dice que no es necesario”, afirma el doctor.

Realizarse un blefaroplastia tiene un precio de entre 4.000 y 5.000 euros, que incluye el preoperatorio, ingreso, posoperatorio, además de la curas y revisiones necesarias.