Un alto porcentaje de chicos llevan el pelo corto, con cortes definidos, que pierden su forma cuando pasan las semanas al crecer el cabello sin que nadie les haga ningún tipo de mantenimiento. No es posible ir a la peluquería a día de hoy, y cortarse el propio pelo y conseguir un buen resultado es realmente difícil, a menos que seas peluquero.
A estas alturas del confinamiento, si vives con tu chico es posible que ya haya sobrevolado por la cabeza de ambos que seas tú la que le corte el pelo. Y la verdad es que puede ser una excelente idea si contáis con que el resultado nunca será el de un profesional, pero que puede ser muy bueno si no lo hacéis a lo loco y seguís ciertos pasos. Si habéis decicido que es el momento de empuñar la tijera y cortar por lo sano, os ayudamos a esquivar un posible drama con estas indicaciones.
Antes de empezar, asegúrate de contar con unas buenas tijeras, una maquinilla y un peine, y de que el pelo esté limpio. El corte ha de realizarse con el cabello seco, porque cuando el cabello está mojado se ve más largo y no se aprecia bien la forma del corte. Si tienes un visión de cómo está quedando en cada momento es más fácil que puedas rectificar sobre la marcha, que intentar enmendar cualquier error al final. Eso sí, puedes humedecerlo con un atomizador para facilitar el corte.
Divide el pelo en dos grandes secciones, una desde la frente hasta la mitad de la cabeza y que quedará apartada para después, y empieza a cortar la parte inferior, como haría un profesional. Esta es la zona en la que puedes usar la maquinilla, ya que resulta lo más práctico y te va a garantizar mejores resultados. Elige la medida del cabezal que vas a utilizar según el tipo de corte que quieras hacer: para mantener la longitud el 5 o el 6; para un corte clásico el 3 o el 4; para un corte pegado el 2 y para un rapado el 1.
Ve siempre de abajo hacia arriba, marcando una línea divisoria con la zona superior y los laterales. Sostén la máquina con los dedos pulgar, índice y corazón. Sújetala con firmeza pero no aprietes al cortar para no lastimar. Comienza por la nuca, hasta llegar a la línea que has marcado, y al llegar a ella aparta la máquina con un movimiento curvo. Luego puedes ir a los laterales, también desde abajo hacia arriba, siempre en dirección contraria al crecimiento del cabello.
Para eliminar el pelo de la parte inferior, en el centro de la nuca, pídele a tu chico que incline la cabeza hacia adelante para alisar la zona y que puedas cortar bien. Luego, al ponerse recto de nuevo, debes comprobar si ha quedado como querías.
Para cortar la zona superior, dejando aparte la zona del flequillo, peínala hacia un lado respetando la raya natural e imagina una raya en el centro, dejando aparte los laterales. Ahora puedes levantar el cabello y tensarlo con un peine o con los propios dedos y dejar libres los centímetros que quieres cortar. Ve siempre desde atrás hacia delante, y no hagas un corte recto, porque queda menos natural y se apreciarían los posibles errores. Mejor despunta con pequeños cortes alternados. Esta zona puedes humedecerla ligeramente para facilitar el corte, pero nunca con el pelo completamente mojado como si lo acabaras de lavar. Para
Cuando cojas una nueva sección de cabello, toma como referente una que hayas cortado ya que te servirá como guía para medir la longitud del corte. Así sabrás que tienes que cortar lo que exceda de la marca que has tomado como referente.
Maneja la tijera como una auténtica profesional y hazlo utilizando los dedos pulgar y anular. Este último has de introducirlo por el anillo que tiene un saliente, en el caso de que puedas contar con unas tijeras de peluquería. Procura no tensar el resto de la mano para que los otros dedos se acomoden con naturalidad en la tijera.
El flequillo es la zona más arriesgada. Si no lo ves claro corta el mínimo de pelo (o nada), porque con él no hay marcha atrás. Puedes humedecerlo antes del corte, pero cuenta con que luego, una vez que esté seco, se va a acortar unos centímetros que resultan demasiado visibles.
Las patillas puedes repasarlas con las tijeras o bien con la máquina sin cabezal. Esto último es lo más seguro. Al ir cortando, para de vez en cuando y apártate para mirar de frente. Así puedes asegurarte de que las dos patillas están quedando iguales.
Cuando hayas terminado con todo, peina el cabello para asegurar que todo ha quedado como queríais y ver si es necesario realizar alguna modificación.