Copa menstrual: consejos básicos para introducirla y colocarla evitando las pérdidas futuras
La copa menstrual cada vez cuenta con más adeptas entre las mujeres por un sinfín de razones.
Colocarla de manera correcta es fundamental para que resulte cómoda y no se produzcan pérdidas.
Hace unos años la copa menstrual irrumpió con fuerza en los hábitos de consumo de un gran número de mujeres, y en Europa con las españolas a la cabeza. A pesar de existir desde 1930, ha hecho falta que la regla deje de ser un tabú para que nos hayamos permitido ser críticas de manera abierta con los productos de higiene femenina. Esto ha significado que la copa, que no contaba con ningún tipo de publicidad en medios hasta hace bien poco, haya ganado terreno gracias al boca a boca primero, y luego a través de las redes sociales.
Las ventajas de la copa menstrual son claras: es cómoda, puedes usarla hasta 12 horas sin vaciarla, es respetuosa con nuestro cuerpo, con el medio ambiente y muchísimo más económica que las compresas y tampones tradicionales.
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Es cierto que al principio puede resultar un poco difícil aprender a usarla, y es normal que se produzcan pérdidas. Pero con un poco de paciencia y siguiendo los consejos de las expertas, en menos de lo que te imaginas puedes hacer de ella tu mejor aliada durante los días de menstruación.
¿Por qué se producen las pérdidas?
La causa más habitual es que la copa no esté correctamente abierta y, por lo tanto, no forme un sello con las paredes vaginales. Si está doblada por algún sitio se formará un hueco por el que se producirán las pérdidas. Sin importar qué tipo de pliegue uses para introducirla, asegúrate de deslizar el dedo hasta la parte superior de la copa para que quede abierta y se forme el sello.
En ocasiones las fugas se producen porque la copa no está colocada en el lugar correcto, que no es otro que debajo de tu cérvix. Lo cierto es que el cuello del útero no siempre está ubicado en la parte alta de la vagina. A veces está algo inclinado, o puede formar un ángulo. Además, los niveles de estrógenos y el momento del ciclo menstrual en el que nos encontremos pueden hacerlo variar de altura. Si la copa no está colocada debajo de la cérvix habrá pérdidas. Puedes evitarlo si antes de introducir la copa introduces un dedo limpio en tu vagina y localizas la zona más firme: ahí deberá ir la copa. Las primeras veces que uses la copa esta comprobación te será de gran ayuda.
A veces las fugas se producen por una razón tan sencilla como que la copa está llena. Esto no es lo más habitual si no te excedes en el número de horas que la usas sin cambiarla. Lo normal es que aguante hasta 12 horas, pero dependiendo de cada mujer y de los días del periodo en el que se encuentre puede que haya que cambiarla más a menudo. También es posible que necesites una copa con una capacidad mayor.
Esto nos lleva a la última causa posible, que es que no estés usando la talla correcta. Algunas marcas tienen dos tamaños: una para mujeres que no han dado a luz por parto vaginal y otra para los que sí lo han hecho. Algunas cuentan con una tercera talla, más pequeña que las dos anteriores, para las primeras menstruaciones. Es fundamental usar la talla que te corresponde para que la copa pueda sellarse en las paredes vaginales perfectamente.
Antes de ponerla
Aunque esto no tenga nada que ver con la colocación de la copa y el riesgo de pérdidas, es importante recordar las medidas de higiene para utilizar la copa de manera segura. Recuerda que antes de usarla por primera vez y al empezar y terminar cada ciclo es necesario esterilizar correctamente la copa. De esta manera garantizas que se limpia en profundidad y se eliminan posibles microorganismos.
Esterilizarla es muy sencillo: solo necesitas hervirla en agua durante 3 o 4 minutos (no más de 5), y lavar bien el cazo u olla que utilices. También puedes utilizar el microondas si la metes dentro de alguno de los recipientes específicos que vienen con la copa de algunas marcas.
En qué posición me pongo
La posición es importante, pero lo es mucho más que estés relajada cuando vayas a introducir la copa en la vagina. Si tú estás tensa tu vagina también lo estará, y será mucho más difícil que la copa se abra lo necesario para poder sellarse. Así que respira hondo y ya verás como no te resulta tan complicado.
Busca una posición que te resulte cómoda. Algunas mujeres prefieren hacerlo sentadas, otras de cuclillas y algunas suben una pierna sobre la bañera o el inodoro. Lo importante es que la vagina esté bien abierta para que te sea sencillo introducir la copa.
Cómo pliego la copa
La mayoría de mujeres prefieren el llamado “pliegue en C”, que es tan sencillo como doblar la copa hasta formar con ella la letra C. Para ello solo es necesario aplanar la copa y doblarla por la mitad y mantener el pliegue firme para que no se abra antes de introducirla.
También se utiliza mucho el “pliegue en V”, con el que se consigue que la copa se haga más pequeña y rígida, y por lo tanto más fácil de insertar. Para conseguirlo empuja hacia abajo el borde delantero de la copa y sujétala cerca de la base para que quede doblada. Con suavidad, inserta en la vagina el extremo más puntiagudo de la copa.
Algunas copas muy finas y flexibles permiten un pliegue que recuerda a la forma de un tampón. Si la tuya es una de esas puede probar este tipo de pliegue aplanándola primero y enrollándola después hacia un lado. Sujétala con fuerza por el centro e insértala con suavidad.