Es muy normal que aparezcan verrugas en distintas partes de nuestro cuerpo. En un principio, no deberíamos darles gran importancia, ya que desaparecerán con el paso del tiempo. Sí que es cierto que muchas de ellas pueden aparecer en lugares molestos, por lo que lo mejor será acudir a un centro especializado para que las quiten. Este proceso será poco doloroso y rápido, además no se necesitará ninguna intervención, por lo que la recuperación se producirá ese mismo día. También, habrá que observar cómo crece esa verruga y su color, ya que estos dos factores podrán ser un indicativo de que algo no va bien. Ante cualquier duda, lo más ideal será consultar el médico, que te dará todas las indicaciones a seguir.

Lo primero que hará el especialista será diagnosticar la verruga, que normalmente se suelen identificar entre las ‘comunes’. Para ello, llevará a cabo varias técnicas. Para diagnosticarla de forma adecuada, realizará un examen a la verruga, raspando la capa superior para detectar signos de puntos pequeños y oscuros, que son los más frecuentes. También, el especialista podrá hacer una extracción de una pequeña parte de la verruga y lo enviará a un laboratorio, donde se encargarán de hacer las pruebas pertinentes. Así, se podrá descartar otros tipos de bultos en la piel. Aunque puede pasar un periodo de tiempo largo, como uno o dos años, lo más normal es que las verrugas comunes desaparezcan sin tratamiento. Eso sí, podrán desarrollarse en otras partes del cuerpo.

Algunas personas sí que deciden acudir, ya que los tratamientos en casa no funcionan y estas suelen ser molestas, se diseminan o son un problema estético. El objetivo del tratamiento será acabar con las verrugas y estimular una respuesta del sistema inmunitario para que luche contra el virus. El tratamiento puede llevar semanas o meses, dependiendo de la piel de cada paciente. Generalmente, los especialistas suelen aplicar tratamientos indoloros, sobre todo si se trata para niños. Dependiendo de la localización de la verruga, el especialista podrá indicar un tratamiento u otro. A veces, estos suelen combinarse con otros tratamientos caseros, como el ácido salicílico.

Por tanto, el médico podrá recetarte un medicamento exfoliante fuerte, que trabajará quitando las capas de la verruga, poco a poco. Además, se ha identificado que este tipo de tratamiento es más efectivo cuando se combina con un enfriamiento de la zona. Por su parte, la terapia de enfriamiento consiste en la aplicación de nitrógeno líquido en la verruga. Así, se creará una ampolla debajo y alrededor de la verruga. Luego, el tejido muerto se desprenderá, en un plazo máximo de una semana. Este tratamiento también podrá estimular el sistema inmunitario para que combata las verrugas virales. Además, es muy probable que se necesiten repetir los tratamientos. Los efectos secundarios de la crioterapia son variados; entre los que se incluyen dolor, formación de ampollas y decoloración de la piel en la zona tratada.

Si estos dos tratamientos no funcionan, los especialistas siempre podrán recomendar otros como el ácido tricloroacético. Con este método, lo primero que hará el médico será afeitar la superficie de la verruga y luego aplicará el ácido con un objeto de madera. Será necesario repetir este tratamiento cada semana, más o menos. Los efectos secundarios consistirán en dolor y escozor. También, el médico podrá optar por una cirugía menor, cortando el tejido molesto, lo que posiblemente hará que se quede una pequeña marca en la zona tratada. Otra opción será el tratamiento con láser que quemará los pequeños vasos sanguíneos. Normalmente, el tejido infectado morirá y la verruga se desprenderá.

Aunque antes de todo esto, el especialista te mandará una serie de tratamientos caseros. A menos que tengas un sistema inmunitario debilitado; si esto se produce, el médico decidirá qué tratamiento es más apto para tu piel. Para tu tratamiento en casa necesitarás vinagre de manzana, algodón y cinta adhesiva médica. Lo primero que habrá que hacer será lavar bien las manos y la zona de la verruga con jabón neutro. Una vez que la zona esté limpia y seca, habrá que humedecer una bolita de algodón con vinagre de manzana. Lo mejor será exprimirla bien para que suelte el exceso de líquido. Coloca el algodón sobre la verruga y sujétalo con una cinta adhesiva médica para que quede bien adherido. Deja actuar durante toda la noche. A la mañana siguiente, enjuaga y listo. Hazlo, al menos, durante tres días. Si todo va bien, la verruga cambiará de color y acabará cayéndose. Si no funciona, lo mejor será que acudas de nuevo al especialista.