Cada piel es un mundo. Por eso, cada una necesita un cuidado especial dependiendo de sus características. No es lo mismo tener la piel grasa, seca o mixta. Tampoco las cremas que nos aplicaremos serán igual si tenemos tendencia acneica o no. Por eso, será muy importante conocer bien las características de nuestra piel para no utilizar el tratamiento equivocado. Es muy probable que notes, en la cara, que tienes ciertos brillos, los poros dilatados, puntos negros y granitos. Si reúnes todos estos factores seguramente tengas la piel grasa. Por eso, tu objetivo será lucir una piel fresca, revitalizada e impecable, sabiendo qué productos utilizar en cada momento. Pero, ¿cómo podrás hacerlo?
La piel produce grasa de manera natural para combatir esa sequedad que se puede dar en distintos momentos de nuestra vida. También, así, hace frente a agentes externos. Eso sí, es cierto que, en muchas ocasiones, este exceso de grasa hace que la piel luzca con un aspecto más húmedo y brillante, al que denominamos piel grasa. Esto se debe a que las glándulas sebáceas tienen una sobreproducción de sebo. Como consecuencia, este tipo de pieles serán más propensas al acné, puntos negros, espinillas, poros abiertos y brillos. Por eso, si tienes la piel grasa, lo mejor será que le dediques su tiempo a la piel, ya que requerirá de más cuidados. Habrá que hidratarla bebiendo mucha agua, limitar el consumo de grasa y utilizar los productos cosméticos más adecuados para tu tipo de piel. Porque las cremas pueden ser tu gran aliado, pero si no las usas correctamente, se podrán convertir en las causantes de las imperfecciones.
Eso sí, lo más ideal será que te hagas con productos naturales. ¿Por qué? Estos te ayudarán a cambiar el aspecto de tu piel y no taponarán los poros y permitirán que esta respire de forma natural. Además, sí que es cierto que algunos productos cosméticos pueden resultar realmente agresivos para la piel grasa y pueden producir un efecto rebrote, resecando la piel. Por su parte, los productos naturales serán reconocidos por nuestra piel, debido a su semejanza en los componentes, y no la dañarán de manera tan agresiva. Será muy importante que si te decides a hacerte con algún cosmético busques aquellos que no obstruyan los poros, que tengan la capacidad de resecar, cicatrizar y regular las inflamaciones y, también, que tengan la capacidad para evitar las infecciones. Algunos de los productos naturales que cumplen todas estas funciones son el aloe vera, bardana, cola de caballo, camomila y la corteza de sauce negro.
Además, la limpieza será fundamental para mantener a raya tu piel. Por eso, deberás hacerte con un tónico facial, un limpiador y una mascarilla de arcilla natural. Todos estos productos ayudarán a eliminar las toxinas de tu piel y la suciedad que se puede acumular. Una limpieza durante la mañana y la noche te permitirá eliminar los restos del maquillaje y retirar las impurezas que suelen acumularse por la contaminación, el exceso de sudor o el sebo. Además, también será recomendable que utilices jabones suaves que respeten tu piel y que no sean agresivos y produzcan sequedad y tirantez. Para tu rutina, lo mejor será que utilices agua micelar, tanto al acostarte como al levantarte, y que lo apliques en los párpados y en la zona T -frente, nariz y barbilla-.
También, deberás aplicar un tónico facial natural para mantener un aspecto fresco y sano. El tónico incluirá activos astringentes, hidratantes y regenerantes, que mejorará la piel grasa. Además, para potenciar la exfoliación, lo más recomendable será que uses un exfoliante enzimático cada noche. A toda esta rutina podrás añadir una mascarilla facial purificante una o dos veces por semana para controlar la secreción sebácea, el acné, los puntos negros y eliminar las toxinas y las impurezas. También, se mejorará la elasticidad de la piel. Será muy importante que no te pases con las cremas, ya que es el exceso de grasa no será nada recomendado para tu piel. Otra recomendación es que uses crema solar siempre que puedas, incluso para salir en los días de otoño o invierno, cuando los rayos de sol no inciden tan directamente.