Por mucho que lo intentes no sabes qué pasa que tus dedos automáticamente acaban en tu boca por inercia. Una mordidita por aquí, otra por allá y esos días que habías conseguido no morderte las uñas caen en saco roto, has vuelto a caer en la tentación una vez más. Morderse las uñas es un gesto más que común llamado en términos médicos onicofagia, un trastorno nervioso que es frecuente tanto en niños como en adultos, por lo que aquí no se libra nadie, aunque es cierto que de aparecer lo hace casi siempre en edades tempranas. Pero lo que podría ser un simple gesto puede acarrear otros problemas, por lo que quizá, si eres de las que se muerde las uñas lo mejor será alejar tus dedos de la boca.
Lo que en un principio podría parecer que solo es un hábito que afecta a la estética de tus dedos, lo cierto es que repercute de otras formas que quizá no habían rondado tu cabeza. Entre los síntomas más visibles está esa deformación de las cutículas a lo que se puede unir alguna que otra infección en los dedos, pero también puede causar problemas en los dientes y, si ingieres las uñas, lo mismo en el estómago.
Pero, ¿por qué nos mordemos las uñas? Las causas pueden ser variadas, pero parece que su factor principal está en la psicología, manifestándose este trastorno nervioso en episodios de ansiedad, depresión, angustia o incluso aburrimiento, aunque hay muchas personas que, sin querer, lo usan como método para descargar la tensión, un hábito que luego es complicado de apartar de nuestra vida. Aún así, es posible que esos casos de estrés o nerviosismo sean puntuales, episódicos.
Dejar de morderse las uñas, más aún cuando se han convertido en un hábito o un acto reflejo difícil de controlar, es complicado, ya que muchas veces percibes que el dedo ha llegado a tu boca y no te has percatado de ello. Por eso mismo existen numerosas técnicas, trucos, o tratamientos para intentar alejar tus uñas de la boca lo máximo posible. Unas veces con más éxito y otras con menos, pero en definitiva es ir probando qué método te ayuda a dejar de morderte las uñas y que, por fin, crezcan.
Lo más probable es que uno de los métodos más conocidos sean esos esmaltes transparentes de sabor amargo que hay en cualquier farmacia y que se supone que por su sabor desagradable te ayudan a dejar de morderte las uñas por completo, pero te avisamos, no siempre son tan efectivos como verdaderamente se espera. Otro de los trucos es intentar tener la boca ocupada, en este caso con un chile o un caramelo, intentando que sean sin azúcar, pues se supone que al estar con algo dentro no vamos a tener la necesidad de llevar los dedos a la boca. Pero claro, es imposible pasarte todo el día mascando.
Aún así, uno de los mejores trucos, principalmente para las mujeres, es hacerse la manicura o utilizar uñas postizas o de porcelana. De esta forma, si las llevas pintadas vas a evitar mordértelas, pero si llevas unas postizas o de porcelana no solo conseguirás tu objetivo, también puedes lograr que tu uña natural crezca sana bajo la artificial.
Y, por supuesto, hay que hablar de los trucos de las madres y abuelas. Ellas buscan la solución en la despensa en un momento, y la pimienta, de la que pica horrores, el ajo o el limón se convierten en sus aliados para restregarlos por las uñas y que si se te ocurre llevarte los dedos a la boca el sabor te recuerde que mejor mantenerlos alejados.
El último consejo puede que no sea un truco, pero en los tiempos de pandemia algo bueno tenía que traerle a las personas que se comen las uñas. ¿Por qué? Al llevar las mascarillas se les cubre la boca, por lo que es imposible mordérselas la mayoría del tiempo cuando están en la calle o en la oficina con ella puesta. Algo bueno debía traer, ¿no?