Tenemos la lección más que aprendida: la piel del rostro se debe limpiar por la mañana y por la noche. Pero cuando creíamos que con esto era suficiente para mantener nuestra piel limpia y preparada para aplicarle nuestros productos de belleza de cabecera, nos fijamos en la rutina coreana y descubrimos que nos quedábamos a mitad de camino. Y es que las coreanas realizan una doble limpieza facial que les hace tener la piel más bonita del mundo.
Así es, no hay atajo posible, la limpieza se realiza en dos pasos (como mínimo), y si lo dicen ellas no se lo vamos a discutir ni por un segundo. Hace tiempo que sabemos que nadie mejor que las coreanas para servirnos de guía en el cuidado de la piel. Queremos usar los mismos productos que ellas (si en Corea triunfan es por mérito propio) y miramos con lupa los gestos y pasos que dan a la hora de aplicarlos.
Dicho esto, no nos queda más remedio que aceptar que la limpieza facial ha de ser doble. Si crees que puede resultarte pesado te queremos animar a probarlo con el convencimiento de que, una vez puestas, nos da lo mismo un paso que dos, sobre todo si sabemos que el cambio va a ser objetivamente a mejor.
Te adelantamos que una doble limpieza facial consiste en utilizar primero un producto aceitoso que permita eliminar restos de grasa y maquillaje, seguido de un limpiador jabonoso con espuma que elimine las células muertas y deje el rostro realmente limpio.
Si pensabas que usar una toallita desmaquillante o lavarte la cara con agua es suficiente para conseguir que la piel quede limpia, lo sentimos, no es así. Sin una limpieza profunda los restos de grasa, contaminación y maquillaje se irán acumulando en tu piel y no permitirán que luzca como se merece. Además, es más fácil que los poros se obstruyan dando lugar a puntos negros e imperfecciones.
La rutina de la doble limpieza permite que las cremas que apliquemos a continuación cumplan al 100% con su función. En resumen, una piel sin residuos que permite sacarle el máximo partido a nuestros productos de tratamiento. Así que nos sumamos sin pensarlo a la rutina facial coreana, al menos una vez al día (y si es así que sea por la noche), deseando disfrutar de las mejorías en nuestra piel.
Las coreanas utilizan un desmaquillante oleoso para comenzar la limpieza. Si te gusta más usar una leche limpiadora o agua micelar, adelante, te serán igual de útiles. La razón de elegir un limpiador con aceite es que este es más eficaz a la hora de retirar todo el maquillaje, la suciedad y hasta la grasa.
Antes de limpiar el rostro con este primer producto es importante que empieces por los ojos si te los has maquillado. Utiliza dos algodones (uno para cada ojo) empapados en tu desmaquillante de ojos y ponlos sobre los párpados cerrados durante unos segundos. A continuación retira el maquillaje.
Para el rostro no es necesario que utilices un algodón. Puedes echarte el limpiador en las manos y aplicarlo directamente sobre el rostro, utilizando los dedos y realizando movimientos circulares. Después añade un poco de agua tibia y masajea para que el limpiador emulsione.
El masaje es más importante de lo que parece, además de muy placentero, y solo será necesario un minuto. De esta forma se activa la circulación de la piel y se consigue que luzca un aspecto más brillante. Utiliza las yemas de los dedos o los nudillos y realiza el masaje siempre en dirección ascendente.
Por último, enjuaga con agua tibia y seca con una toalla dando toques suaves. Si quieres puedes ahorrarte el secado, ya que necesitarás la piel húmeda para el segundo paso.
Hasta que llegaron las coreanas a nuestra vida pensábamos que con lo anterior ya era más que suficiente para dar la piel por limpia. Pero ahora es el momento de incorporar un limpiador en gel, una pastilla de jabón o una espuma al agua. Puedes buscar el que más le convenga a tu tipo de piel, y la clave para acertar es tan sencilla como que en la lista de ingredientes el primero sea agua. Tras aclarar, seca al igual que te hemos indicado antes, dando suaves golpecitos con una toalla.
Se la conoce como doble limpieza facial, pero en realidad los pasos son tres, porque las coreanas no se saltan el uso del tónico tras la limpieza. Luego ya cada una aplica el producto que considere necesario, pero hasta el tónico los pasos son obligados. El tónico es un producto al que no siempre le damos toda la importancia que tiene, pero cuyo uso puede marcar una gran diferencia. Es el encargado de cerrar los poros y preparar la piel para la crema o sérum que vayas a utilizar. Aplícalo con los dedos, dando suaves toques, y habrás cumplido con tu rutina de limpieza como una auténtica coreana.