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Las rozaduras en los muslos y los vestidos de verano son una combinación que se repite año tras año para muchas mujeres. Y algunas que nunca han conocido esta molestia se encuentran con ella un verano de repente sin saber cómo ha ocurrido. Cuando los muslos rozan al andar se producen rojeces e, incluso, ampollas, que pueden quitarnos las ganas de llevar falda o vestido el resto del verano.
Pero este mal de muchas tiene solución, además de unas causas que conviene conocer para evitar en la medida de lo posible. Otras veces, nuestra fisionomía y genética nos hace convivir con este molesto roce, pero, como decimos, hay formas de ponerle remedio sin tener que renunciar a llevar la ropa que nos apetece.
Puede que este sea tu primer verano con rozaduras en los muslos o que ya seas toda una veterana en este asunto. En cualquier caso, las razones suelen ser las mismas. De hecho, la razón principal es el volumen de los muslos, que hace inevitable que rocen entre sí. Pero el estado en el que se encuentre la piel o el aumento de las temperaturas pueden favorecer también que se produzca la rozadura. Si la piel está sensible o deshidratada, y el sudor causa una humedad en la piel de la zona, es casi inevitable que haya una fricción dolorosa entre las piernas.
Por un lado, mantener un peso saludable y una musculatura tonificada nos ayudará a dejar a un lado las incómodas rozaduras. Del mismo modo, cuidar de la salud de nuestra piel y mantenerla seca e hidratada reduce notablemente las posibilidades de que el roce termine causando heridas. Así que no lo olvides: haz del deporte un hábito constante que ayudará a tu salud en general, y cuida de tu piel utilizando aquellos productos que preserven su correcta hidratación.
Pero si las rozaduras siguen ahí o amenazan con aparecer, aquí tienes una lista de soluciones infalibles.
La lencería demuestra todo su poder cuando llega el verano y nos ayuda a llevar todo tipo de prendas con un toque siempre elegante y sexy. Es el caso de las bandalettes, una especie de liga con silicona en el interior que colocas a la altura del muslo que roza. Las hay de todos los colores, con encaje o sin él, y pueden salvarte de la incomodidad sin añadirte calor.
O una braga-faja de toda la vida. Puede que no sea lo más fresquito ni favorecedor, pero es eficaz como pocas cosas, además de ayudar a moldear la figura. Solo tienes que asegurarte de que el largo de la pierna llega hasta la altura de tus muslos en los que se produce la rozadura.
Nos encanta la moda de verano, pero no podemos negar que nuestra piel muchas veces responde con todo tipo de rozaduras. Las que se producen en los pies al llevar determinadas sandalias son todo un clásico. Por suerte, hay sticks anti rozaduras que parecen mano de santo para acabar con este problema. Pues bien, son igual de efectivos entre los muslos para protegerlos de las rozaduras. Invisible, funciona y puedes aplicarlo siempre que lo necesites.
Otro tipo de producto que puedes llevar contigo en el bolso y que funciona muy bien. Las cremas reparadoras hidratan la piel en profundidad, algo que ya es una ayuda de por sí, y crean una barrera protectora que la protege de las rozaduras. Puedes encontrar diferentes cremas reparadoras en tu farmacia habitual, como Bephantol, Labocane, etc. También puede serte de gran ayuda el aceite de coco o un poco de vaselina líquida.
Suena muy disparatado, pero no podemos olvidar a la actriz y comediante estadounidense Amy Schumer mostrando en un vídeo cómo evitaba el roce entre sus muslos minutos antes de llegar a la gala del Met en 2016. Ella optaba por aplicar desodorante antitranspirante en spray. Y si le funciona, puede que no sea tan descabellado probarlo.