Ahora que las mascarillas se van a convertir en un complemento más de tu indumentaria diaria, está claro que los ojos serán el centro de tu maquillaje. Tendrás que aprender a potenciar sus virtudes y sacarles el máximo partido a tus sombras de ojos y máscaras de pestañas.
De cómo trates tus pestañas depende en gran parte el resultado de tu maquillaje, por eso es necesario prestarles un poco de atención, dedicarles ciertos cuidados y aprender unas reglas de maquillaje con las que vas a conseguir que parezcan más espesas, largas y abundantes.
Debes concienciarte y empezar a tratar las pestañas como se merecen, nada de desmaquillarlas a lo loco frotando como si no hubiera un mañana para retirar todos los restos de maquillaje. Aquí viene la primera lección: tan importante es desmaquillarlas todas las noches como hacerlo correctamente.
Para retirar completamente la máscara de pestañas sin dañarlas, lo ideal es empapar un algodón con el desmaquillante, dejarlo actuar unos segundos y retirar el producto poco a poco realizando movimientos en la dirección de la pestaña, es decir, hacia abajo. Un buen cosmético y algo de paciencia son las claves para no arrancarte las pestañas cada vez que te desmaquilles.
Es posible que tus pestañas necesiten un empujón para estimular su crecimiento o evitar su caída, si es tu caso, hazte con un serum de pestañas que te ayude a repoblarlas y no te saltes ni un solo día de tratamiento, solo así conseguirás reforzar hasta las más nuevas que vayan saliendo. Debes ser paciente porque la diferencia vas a empezar a notarla en un mes aproximadamente.
El truco para que parezcan más largas y abundantes está en la máscara de pestañas. Lo primero es elegir el cosmético adecuado, es decir, si necesitas alargar tus pestañas, si buscas que parezcan más espesas, si las quieres más curvadas o si todas las respuestas son correctas. Dependiendo de tus necesidades, debes elegir la máscara de pestañas más adecuada y debes fijarte especialmente en el tipo de cepillo: cónico para llegar hasta a las más pequeñas, fino para alargarlas, curvado para rizarlas, ancho para separar, reloj de arena para espesarlas, árbol para darles volumen y cepillo bola para llegar a las que alcanzan otros cepillos.
Cada máscara de pestañas es un mundo y en las preferencias mandan los gustos de cada una: hay quien prefiere una mirada natural y quienes buscas un efecto pestañas postizas. Las primeras pueden optar por los cepillos de cerdas de silicona y las de pelo sintético para las segundas.
Pero no todo empieza y acaba en el cepillo, también la formulación de la máscara de pestañas es importante para obtener el resultado que se busca. Puedes encontrar ingredientes como cera de abeja para densificar, queratina para proteger, colágeno y péptidos para darles cuerpo o ácidos aminados para que crezcan con fuerza. En cualquier caso, para proteger tus pestañas no debes abusar de las fórmulas resistentes al agua ya que endurecen las pestañas y facilitan su ruptura porque son difíciles de retirar.
La otra clave para obtener unas pestañas largas y espesas es la manera en que aplicas la máscara. Si tus pestañas son rectas, antes de aplicar cualquier tipo de maquillaje puedes utilizar un rizador de pestañas para curvarlas: coloca las pestañas sobre la almohadilla (cuidado con pellizcarte el párpado) y presiona unos diez segundos. Puedes utilizar el rizador en tres zonas: primero en la base, luego en la parte intermedia y finalmente en la parte más cercana a las puntas.
Seguidamente puedes aplicar la máscara siguiendo estas instrucciones: coloca el cepillo en la base de las pestañas superiores y deslízalo con movimientos ligeros en zig-zag hacia las puntas, debes cubrir incluso las pestañas exteriores e interiores. Realiza dos pasadas con esta misma técnica. Antes de que se hayan secado estas dos capas, realiza una tercera aplicación con movimientos firmes (no bruscos) y ascendentes. Opcionalmente puedes maquillar las pestañas inferiores, pero cuidado con el efecto muñeca.
Si te manchas con máscara de pestañas el párpado, deja que se seque retíralo después con un bastoncillo o un pincel humedecido con desmaquillante de ojos.