Un buen maquillaje puede ayudar a corregir pequeños defectos y a iluminar a un rostro cansado, pero uno malo es capaz de arruinar todo lo bueno que tiene una piel joven y fresca, exactamente lo ha ocurrido con uno de los últimos maquillajes de Victoria Federica.
No se sabe bien si el problema ha sido un exceso de polvos bronceadores o una base de maquillaje mal elegida. En cualquier caso, lo cierto es que el color de su rostro aparece mucho más oscuro que el de su cuerpo, un fallo muy llamativo que nunca comete un maquillador profesional.
Evitarlo es tan sencillo como elegir bien el color de base que le va a tu piel y aplicar los productos de la manera y con las herramientas adecuadas. Estos trucos te ayudarán a maquillarte como una auténtica profesional.
Para elegir bien la base de maquillaje hay que dedicarle un poco de tiempo para encontrar la más adecuada a tu tipo y tono de piel. Además del color, son importantes la textura (fluida, compacta, en polvo…), el acabado (hidratante, matificadora, iluminadora…) y el uso (diurno o nocturno) que se le vaya a dar. Una vez elegida, cómo y con qué se aplica será determinante para un buen resultado.
La primera decisión que debes tomar está relacionada con la textura, que va desde las más ligeras, que puedas extender como una crema hidratante, a las más densas y cubrientes. Se pueden clasificar del siguiente modo:
Las fluidas son las más ligeras e hidratantes, perfectas para pieles secas y jóvenes y para usar de día si buscas un resultado natural de “segunda piel”. En crema son algo más densas , aunque igual de hidratante, por eso es adecuada para pieles secas y maduras. Las compactas cuentan con mayor cantidad de pigmentos, proporcionan mayor cobertura y su acabado es menos natural que el de las anteriores. En polvo son ideales para pieles grasas porque su acabado mate ayuda a controlar los brillos y el exceso de sebo.
En segundo lugar, es importante que la base de maquillaje unifique el tono de tu piel, por eso hay que buscar la que se funda con ella, no la que te broncee ni te haga parecer más pálida. Para encontrar el color adecuado debes probar la base en un lateral de la cara, cerca de la mandíbula (no en el dorso de la muñeca o en el brazo), para comprobar que la base se funde perfectamente con la piel del rostro y del cuello.
En verano es recomendable cambiar el tono de base, no sólo porque si te bronceas debes cambiar el color, también porque la textura en esa época del año debe ser más ligera y menos cubriente.
Una vez elegida la base, queda otro paso importantísimo que consiste en aplicarla en el rostro. Es necesario hablar de cómo y con qué extenderla:
El orden para aplicar la base correctamente debe ser de arriba abajo y de dentro hacia afuera, es decir, comenzar por centro de la frente, nariz y barbilla y extender hacia las sienes, los pómulos y la mandíbula.
En cuanto al método, depende del tipo de base que hayas elegido, pero puedes hacerlo con las manos, con brocha o con esponja. Con las manos es la mejor manera de controlar la cantidad cuando eliges bases fluidas y en crema, además permite fundir mejor el producto al calentarlo previamente en las manos. Si vas a usar brocha, puedes optar por una ovalada para bases fluidas, en crema y compactas, una kabuki para bases en polvo y el modelo lengua de gato para bases fluidas. Finalmente, usa una esponja para proporcionar una cobertura media, mayor que con las manos y menor que con las brochas.
Los polvos de sol pueden aplicarse sobre la piel limpia e hidratada o sobre la base de maquillaje. Lo ideal es hacerlo con una brocha tipo kabuki, que ayuda a difuminar bien el producto.
Evita errores aplicando poco producto en cada pasada, es más fácil corregir si has aplicado poco que si te has puesto demasiado, y sigue un recorrido en forma de 3, que es el más sencillo y natural, aunque no el único método de aplicación.
Comienza en el lateral de la frente, justo en el nacimiento del pelo, continúa acariciando la brocha sobre el pómulo y termina por debajo de la mandíbula. Si necesitas un poco más de color, realiza una segunda pasada.