El otoño es una de las épocas del año en las que cabe casi todo, en cuanto a manicura se refiere. Se trata de una etapa del año en el que añoramos los días soleados de verano y en la que queremos alargar todo lo posible el color tostado de nuestra piel. Para lograr este efecto será muy importante que hagamos una buena elección del color de las uñas.
Uno de tus mayores aliados será el color blanco. Este tono tiene la capacidad de resaltar el moreno de la piel más que cualquier otro. Además, la ilusión óptica de que has pasado largas horas frente al sol será más palpable. También, se trata de un color que no desentonará nada con tu outfit y que, además, se llevará todo el protagonismo. Además, es un color que admite a la perfección cualquier tipo de dibujo o detalle.
En el caso de que no te guste demasiado el blanco podrás decantarte por otros colores, como puede ser el rojo. Este tono siempre será un acierto para cualquier época del año y, también, alargará el tono moreno de la piel. Se trata de un color clásico, que destaca por su elegancia y que suele quedar bien con todo tipo de piel.
El naranja también será una buena opción, ya que se trata de color intenso y luminoso, muy acorde con los tonos propios del otoño, que te aportará un poquito de color a tu día a día. Además, si quieres arriesgar puedes optar por una manicura en diferentes tonos de naranja.
El color amarillo es otro de esos tonos básicos que harán que el tono de tu piel se vea resaltado. No se trata de un color especialmente fácil y que guste a todo el mundo, pero es siempre un acierto. Además, por difícil que parezca es un tono que podrá combinar fácilmente con tu look.
Los tonos neones o fosforitos sorprenderán en los meses de otoño, pero darán un toque diferente y que no dejará a nadie indiferente. Además, también resaltarán muchísimo el bronceado. Si te gusta este estilo, lo mejor será que combines varios tonos y colores.