Exfoliación, alimentación y otras claves para preparar tu piel y conseguir un bronceado bonito este verano
Para conseguir un bronceado bonito, homogéneo y duradero es necesario preparar la piel con antelación.
Comienza desde hoy a cuidarte para presumir de un bronceado saludable este verano.
Apenas deberás hacer cambios en tus rutinas diarias, y tu piel quedará lista para las inminentes vacaciones.
Preparar la piel para el verano y las vacaciones es fundamental si queremos conseguir un bronceado bonito y saludable. Cuando llegue el momento, nuestros mejores aliados serán los protectores solares y la prudencia de evitar exponernos al sol en las horas centrales del día. Pero ahora toca pensar en cuál va a ser nuestro destino vacacional y comenzar a cuidar nuestra piel desde hoy mismo. Es más sencillo de lo que imaginas y notarás los efectos en tu bronceado.
Exfoliar la piel
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Un gesto que apenas te llevará un par de minutos y que es imprescindible para conseguir un bronceado homogéneo y duradero. Utilizar un exfoliante en la ducha, dos veces por semana, ayuda a dejar la piel uniforme y lisa, libre de células muertas y perfecta para broncearse. Además, es una de las claves para evitar el típico "pelado" por descamación de la piel después tras exponerse al sol.
Hidratación mañana y noche
Además de estar libre de células muertas, la piel necesita mantener unos niveles óptimos de hidratación. Esto es válido para todo el año, en verano debemos intensificar el cuidado, porque el sol y el calor favorecen la pérdida de agua en la piel. Cuando esto ocurre se producen descamaciones y la piel parece envejecida. Utiliza tu crema habitual mañana y noche desde hoy mismo, y procura que sea una fórmula que no contenga alcohol.
La piel del rostro y sus cuidados
Todo lo anterior se aplica a la piel del rostro. Asegúrate de que esté bien hidratada, mañana y noche, y realiza un tratamiento exfoliante una vez por semana. Si estabas pensando en introducir algún tipo de producto para realizar un tratamiento intensivo, como retinol, ácido glicólico o vitamina C, ahora no es buena idea. Son transformadores de la piel que requieren de un proceso de adaptación y que no reaccionan bien al sol, por lo que lo mejor es esperar a que acabe el verano para usarlos.
Si ya has introducido este tipo de tratamientos en tu rutina facial y tu piel está adaptada a ellos no es necesario que los elimines, pero sí es conveniente que reduzcas la frecuencia de uso y la concentración de los principios activos.
Presta atención a tu alimentación
La alimentación es tan importante como el resto de cuidados. Priorizar en nuestra dieta el consumo de frutas y verduras es algo muy importante durante todo el año, pero en los meses previos a la exposición solar son imprescindibles. Presta atención a todos aquellos vegetales que contienen betacarotenos, como las verduras de hoja verde, la zanahoria y la calabaza. El licopeno que contienen los tomates es un gran aliado del bronceado, al igual que los ácidos Omega-3 y Omega-6 que puedes encontrar en las nueces o el salmón.
Alíate con la nutricosmética
Los productos de nutricosmética, tomados con la suficiente antelación, no solo ayudan a conseguir un bronceado duradero, sino que lo potencian más de un 20%. Pero, seguramente, lo más importante es que contienen antioxidantes que protegen la piel de las radiaciones solares y los radicales libres, previniendo así el envejecimiento prematuro.
Si quieres beneficiarte de todo lo que te ofrecen comienza a tomarlas al menos 15 días antes de ir a la playa y hasta al menos 15 días después de volver. Durante los días de vacaciones, tómalas al menos media hora antes de la exposición solar. Y no olvides que, de ninguna manera, sustituyen a la crema protectora.