El aceite de ricino es uno de los aliados más conocidos de nuestras abuelas y es muy probable que haya sido ella quien te haya enseñado las propiedades de este elixir mágico, pero al ser un producto que se ha usado hace tantos años, también es muy probable que te preguntes si realmente tiene alguna eficacia es real. Pues bien, lo cierto es que este tipo de aceite podrá convertirse en uno de tus ‘must’, si quieres ver fortalecido tu cabello y, sobre todo, la zona de las pestañas y de las cejas. Eso sí, no podemos olvidarnos de sus increíbles beneficios como laxante. Además, es cierto que habrá que ser un poco cuidadoso, ya que el aceite de ricino en grandes cantidades podrá llegar a ser tóxico.
El aceite de ricino se ha utilizado en la medicina tradicional durante muchísimos años, ya que se consideraba que podía curar distintas dolencias. Su uso más popular está relacionado con el estreñimiento, pero también se usaba para reducir los dolores, estimular el sistema inmunitario y aliviar las heridas de la piel. De la misma forma, también servía como un potente antibacteriano, antiviral y fungicida. Este aceite proviene de una semilla que lleva su mismo nombre y que está compuesto por ácidos grasos que en un 90 por ciento son ácidos ricinoleicos. Se consideraba que estos eran los responsables de sus propiedades curativas exclusivas. Sí que es cierto que en la homeopatía se sigue recetando este tipo de aceite, aunque lo mejor será que siempre antes consultes a un médico, ya que será él quien te proporcionará el punto de vista más profesional posible.
La planta de ricino es originaria de la India, donde se conocía como ‘Palma Christie’, ya que sus hojas decían que eran parecidas a las manos de Cristo. Luego, fue adoptado en otras sociedades y culturas como en Egipto, China, Persia, Roma, Grecia, África, Europa y América. En la actualidad, se hace mucho uso de la misma en la industria, sobre todo en la textil. También, además de todos los usos medicinales que hemos comentado, el aceite de ricino se puede utilizar como aditivo alimentario, ingrediente cosmético o producto para la piel, tintes y tratamientos para el cuerpo. Habrá que tener mucho cuidado con no ingerir el aceite de ricino como tal, sin estar manipulado, ya que puede ser realmente peligroso y sus efectos secundarios incluirán trastornos intestinales.
Como ya hemos visto, los beneficios del aceite de ricino son infinitos. Entre los más importantes, nos encontramos con que quita los callos de los pies, alivia el dolor de la artritis y, también, hace crecer los pelos de las cejas y las pestañas. El aceite de ricino es conocido por su uso cosmético y servirá para que las pestañas sean mucho más abundante y alargadas. Además, como ya hemos comentado, también podrá aplicarse en la zona de las cejas. Se aplicará utilizando un pincel o una brocha de máscara de pestañas. Se recomendará repetir esta acción antes de irse a dormir, ya que será el mejor momento para que tus pestañas crezcan a un ritmo vertiginoso. Tampoco habrá que enjaguar los ojos. También es muy probable que, si adquieres algún tratamiento alargador de pestañas en un centro de cosméticos, este esté compuesto de aceite de ricino, como ingrediente principal.
El aceite de ricino también servirá para que cuides tu piel, ya que se usa para suavizar y proteger la dermis. También, se podría utilizar para realizar un champú y tener un cabello más suave, brillante y saludable. Además, en el caso de que tengas las uñas débiles, el aceite de ricino también servirá para hacerlas más fuertes y que tengan un mejor aspecto, ya que contiene vitamina E. Otro de sus usos será como aceite corporal para hacer masajes y descontracturar diversas zonas.
Eso sí, y como ya hemos mencionado, tendrás que tener en cuenta que el aceite de ricino puede provocar reacciones dérmicas y, por eso, antes de utilizarlo, será muy importante que le consultes a tu dermatólogo. Él te indicará, si por tu tipo de piel, será recomendable o no su uso. No será adecuado para aquellas personas que sufren de cólicos, úlceras, hemorroides, colitis, colon irritable, prolapsos o se han sometido a tratamiento quirúrgico recientemente. Además, tampoco habrá que utilizarlo durante el embarazo o la lactancia y, ante cualquier signo extraño, habrá que suspender su uso.