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En una boda se suele seguir un protocolo, que muchos novios lo llevarán al pie de la letra durante toda la ceremonia. Así, el protocolo nos indicará en qué momento se recibirá a los invitados, cómo será el banquete y, también, nos dirá cómo tienen que vestir los novios. Es por eso que uno de los complementos fundamentales de la novia, el velo, también nos dirán cómo utilizarlo.
El velo es una tela que puede ser de tul u otro tejido más fino que suele cubrir el pelo y la cara de la novia. Así, el velo deberá ser transparente para dejar ver perfectamente a la novia y para que esta también pueda ver.
Sí que es cierto que el velo, en los últimos tiempos, se trata de un complemento cada vez menos utilizado. Por eso, la decisión de lucirlo o no dependerá de los gustos y las creencias de la novia. Respecto a por qué se ha llevado el velo a lo largo de la historia, lo cierto es que, en la antigüedad, evitaba el mal de ojo y era símbolo de pureza e inocencia.
Eso sí, si decidimos lucir velo deberemos cumplir una serie de premisas. La decisión de llevarlo será de la novia. Además, solamente se podrá llevar en las bodas religiosas y este puede ser de distintos tamaños; podrá llegar hasta el pecho o la cintura. La novia deberá salir de la casa con el velo cubriendo su rostro hasta que llega a la iglesia.
El velo se levantará cuando el sacerdote dice las palabras ‘puedes besar a la novia’. Será ese momento en el que el novio levantará el accesorio y se besarán. Eso sí, no se deberá quitar el velo, sino solamente retirarlo un poco.
No será hasta el comienzo del banquete cuando el velo se podrá quitar. Esto se debe a que el velo será totalmente independiente del vestido, por lo que se podrá retirar con cierta facilidad. Sí que es cierto que algunas novias se esperan hasta que termina la ceremonia y comienza el reportaje gráfico. El momento de quitárselo ya será decisión de la novia.