Las tiaras están el pódium de los complementos favoritos de las novias, especialmente de aquellas que apuestan por modelos clásicos o de estilo romántico para su look nupcial. Una vez elegida la tiara que mejor complementa el vestido, es importante tomar otra decisión: el peinado perfecto para lucirla adecuadamente.
Las opciones van del semirrecogido al recogido más formal, pero entre estas dos opciones hay muchas otras posibilidades como el moño bajo de bailarina, el ‘top knot’ la coleta o todo tipo de trenzas.
Si no tienes las ideas muy claras, lo ideal es dejarte asesorar por profesionales y llevarte a la prueba de peluquería la tiara que vayas a usar el día de la boda, aunque estas elecciones reales pueden ayudarte a tomar la decisión más acertada.
Con velo y una tiara que perteneció a la reina Isabel II llegaba Kate Middleton a la Abadía de Westminster el día de su boda con el príncipe Guillermo de Inglaterra. El encargado de peinar a la actual princesa de Gales fue su peluquero de confianza, James Pryce, que apostó por un semirrecogido con volumen en la parte superior, una discreta trenza en la parte media a la que cosió literalmente la tiara para que no se moviera, dejando el resto de la melena suelta con algunas ondas marcadas.
Puedes versionar este peinado con una coleta baja trabajada con ondas suaves combinada con una trenza en la parte media que sirva de elemento de sujeción para aguantar la tiara.
A diferencia de su cuñada, Meghan Markle apostaba en su enlace con el príncipe Harry por llevar el pelo recogido, pero sin perder su identidad. Serge Normant fue el estilista elegido para la elaboración de su peinado, un recogido bajo y deshecho del que escapaban algunos mechones que enmarcaban el rostro.
Si buscas un acabado messy y no quieres recurrir al clásico moño bajo, puedes apostar por una ‘mermaid braid’ o trenza cola de sirena con algunos mechones sueltos.
Victoria de Suecia elegía un estilo mucho más clásico para combinar con la tiara de camafeos que utilizó el día de su boda con el príncipe Daniel. Su apuesta fue un peinado pulido con raya a un lado rematado con un elaborado moño bajo de gran volumen.
Aunque un moño bajo con mucho volumen no es una apuesta complicada, para las novias más clásicas existen opciones mucho más sencillas que van del moño de bailarina al ‘top knot’ e incluso el tradicional moño italiano que para unas manos expertas no tiene ningún secreto.