A tan solo 54 días de su boda, uno de los sueños de Tamara Falcó para su gran día se ha visto truncado. Esta misma mañana, la marca bilbaína encargada de confeccionar el traje que la marquesa de Griñón iba a lucir en su enlace con Iñigo Onieva lanzaba un comunicado en el que confirmaba qué, "lamentablemente, el acuerdo entre Sophie et Voilà y la señora Falcó para la confección de su vestido de novia ha tenido que ser resuelto". Una noticia de la que Tamara no ha sido conocedora hasta que los propios medios de comunicación la han publicado.
Mientras que la firma asegura que el principal motivo de dicha rescisión ha sido un "incumplimiento contractual" por parte de la novia, la aludida ha negado "categóricamente" la acusación que la marca ha dejado caer sobre su persona, insinuando que Tamara intentaba copiar el vestido de otro diseñador: "Cómo voy a pedir que hagan algo así si yo soy la primera que me dedico a la moda. Tengo un respeto máximo a los diseñadores y a todos los trabajos relacionados con la profesión".
Una situación que ha puesto del revés los preparativos de la tan esperada boda y que ha hecho que la diseñadora tenga que empezar otra vez "desde cero" con los preparativos de su vestido después de más de cinco meses de conversaciones, patrones y pruebas.
Desde que hace seis meses se confirmó que Tamara Falcó e Iñigo Onieva reanudaban su compromiso, el secreto mejor guardado de este enlace ha sido el de cómo iba a ser el vestido de boda. La joven aristócrata tuvo claro desde un principio que quería lucir un 'made in Spain' en el día más importante de su vida, y por eso mismo escogió la firma Sophie et Voilà, una marca en la que confiaba ciegamente y a la que consideraba que conocía "muy bien".
El trabajo comenzó con la mayor agilidad posible y, entre Bilbao y Madrid, ambas partes pusieron 'toda la carne en el asador' para lograr que el diseño estuviese a tiempo y perfecto para lucirse en El Rincón, el palacio donde tendrá lugar el enlace el próximo 8 de julio. Tanto la protagonista de esta boda como las diseñadoras del vestido estaban felices y convencidas de que seria un trabajo maravilloso. E incluso Sofía y Saioa, directoras de la firma, confesaron que les encantaba Tamara porque "además de ser un referente en moda, nos encaja como una mujer moderna con valores que identifican a la perfección a nuestra marca". Valores que finalmente habrían acabado por dinamitar el acuerdo con las diseñadoras.
Tamara fue la primera en confesar que su vestido no era lo que todo el mundo podría esperar, y que incluso habría quien "no lo entendería", pero para ella era precioso. "Vi ese vestido, que no es el mismo pero sí inspiración, y le dije a mi hermana: 'Ana, te tienes que casar con él". confesaba la marquesa sobre cómo fue el primer contacto con el vestido de sus sueños. Tras la negativa de su hermana a casarse con ese traje, la prenda quedó en el olvido, sin embargo, una vez retomada la búsqueda de inspiración para su propio vestido, Tamara volvió a recaer en él.
Según ha informado 'El Programa de Ana Rosa' esta misma mañana, se trataría de un vestido de Chanel, "un diseño francés que está expuesto en el Metropolitan de Nueva York" y que se habría convertido en un verdadero conflicto entre la novia y las diseñadoras. La firma asegura que "las exigencias" de la marquesa sobre las similitudes que buscaba entre su vestido de novia y el diseño del que se inspiró, no tienen cabida para ellas, pues: "nuestra ética empresarial nos impide traspasar ciertos límites que pondrían en peligro la autoría original del diseño".
La marquesa de Griñón luce siempre divina y no es casual. Tamara ha recurrido a los retoques y tratamientos estéticos para mantenerse así de bien y Nando Escribano nos da todos los detalles. ¡Dale al play y no te lo pierdas!