Bertín Osborne ostenta el título tan pasado de mujeriego. Estrella de la canción en los 80 y presentador de televisión hasta la fecha, a día de hoy sigue presumiendo de todas las mujeres que ha conquistado a lo largo de su vida. De entre todas ellas, dos han conseguido llevarle al altar: la fallecida Sandra Domecq, en 1977, y Fabiola Martínez en 2006.
De la primera, ha llegado a asegurar que se trata del amor de su vida, además de ser la madre de sus hijas mayores. Por esa razón, merece la pena echar la vista atrás y recordar cómo fue la boda de Bertín Osborne y Sandra Domecq, cuando él todavía no gozaba de la fama que estaba por llegar y se disponía a formar una familia estable con una azafata de eventos.
En alguna ocasión, Bertín Osborne ha reconocido que era demasiado joven cuando se casó con Sandra, para la que solo ha tenido elogios y palabras afectuosas. Ha manifestado que, si en lugar de casarse con 21 años (Sandra tenía 23) lo hubiera hecho con 34, el matrimonio habría funcionado.
Bertín y Sandra se conocían desde siempre, y el hermano de ella, Marcos, era el íntimo amigo de Bertín. Su fallecimiento en 1984 en un accidente de coche fue un duro golpe para el cantante, que le dedicó la canción “Amigos”. Sin duda Marcos fue un nexo de unión entre la pareja, que se casó en Jerez de la Frontera tras tres años de relación.
La de Bertín y Sandra fue una boda sencilla, con ella embarazada del primer hijo de la pareja, Cristian, que falleció al poco de nacer por una malformación en el hígado. El enlace tuvo lugar en la iglesia de San Miguel en Jerez, a la que Bertín llegó acompañado por su madre, María Teresa Osborne Marenco. La novia lo hizo, como marca la tradición, del brazo de su padre, Beltrán Domecq.
Se trató de una boda íntima, a la que asistieron los familiares y amigos más cercanos a la pareja. Sandra lució un look de novia de los que nos enamoran, con una corona de flores sobre su pelo rizado, y un vestido blanco y amplio con dibujos en color azul.
Los recién casados ofrecieron un convite a los invitados en una casa que los padres de la novia tenían dentro de su propia finca. Lo curioso es que, en aquel momento, como la pareja no podía permitirse tener su propia casa, fue en esta misma propiedad de la familia Domecq donde se instalaron para iniciar su vida de casados y formar una familia. La separación de la pareja llegó en 1988 y se hizo pública, tras años de constantes infidelidades por parte de Bertín. Sandra, en ese momento, estaba embarazada de la tercera hija de la pareja.