Tras la pandemia toca recuperar el tiempo perdido y si por algo se caracteriza este año es por la gran cantidad de bodas que están teniendo lugar estos meses. Ceremonias de todo tipo en donde se han podido ver desde celebraciones de aire rústico a otras en ambientes románticos o incluso inspiradas en los grandes festivales de música. Porque si algo tienen las bodas, es la capacidad de adaptar hasta el más mínimo detalle para que se convierta en un día inolvidable.
Aunque la iglesia siempre es una apuesta segura, en los últimos años, las bodas civiles se han convertido en una elección cada vez más popular. Entre otras cosas para aquellas parejas que desean vivir una experiencia lo más personalizada posible. Anteriormente, al hablar de una boda civil a la mayoría se le venía a la cabeza un acto más frío, sin apenas aderezos; pero hoy en día es una tendencia en alza que ofrece un amplio abanico de posibilidades para ser irrepetible.
Música, decoración… Todos los detalles cuentan, pero sin duda uno de los más importantes es la elección del maestro de ceremonias, cuya tarea va más allá de dirigir y conducir el evento, pues entre otras cosas debe conectar con los invitados y lograr que su discurso -aunque la mayoría de las veces no lo haya preparado él mismo- suene solemne. A la hora de elegirlo, cualquier persona de confianza puede ser una buena opción siempre y cuando no tenga miedo a hablar en público. Para aquellas que tengan dudas sobre qué es lo más adecuado, hay ciertos puntos clave a considerar.
En primer lugar, la personalidad, debe ser una persona agradable y que logre conectar fácilmente con la gente. Debe ser capaz de empatizar con los novios y transmitir su historia de amor de una manera conmovedora, como si fuese algo suyo. De igual modo, resulta crucial que sepa adaptarse a lo que quiera la pareja, independientemente de su estilo. Por otro lado, también debe tener algo de experiencia en bodas civiles. Desde que sea un buen comunicador con habilidades para hablar en público a conocerse al pie de la letra los diferentes protocolos involucrados en el acto. Lo más importante es que tenga la capacidad de mantener a los invitados interesados y emocionados durante todo el evento.
Obviamente, antes de elegir de manera definitiva al conductor de la ceremonia, conviene realizar antes una reunión -ya sea presencial o por videollamada- para asegurarse de que hay una buena conexión con él y que entienda bien el estilo de la boda y lo que se quiere transmitir. Tampoco hay que olvidar que cada maestro de ceremonias debe ser capaz de adaptarse a diferentes situaciones y cambios de último momento. Asegúrate de que sea una persona flexible y que sepa resolver con gracia (y sin estrés).
Por último, antes de tomar una decisión final, no hay que olvidar solicitar referencias y testimonios de parejas que hayan trabajado con el maestro de ceremonias en bodas previas. En el caso de no tenerlas, buscad opiniones y no os cortéis a la hora de preguntar.