Eva Longoria y Pepe Bastón quisieron mantener su romance en secreto el mayor tiempo posible, la pareja ya había tenido malas experiencias previamente y hacer pública su relación no parecía estar entre sus planes más cercanos.
A pesar de que se conocían desde 2010, no fue hasta tres años más tarde que lo suyo se convirtió en una historia de amor, cuando surgió la chispa. La pareja conectó gracias al gran sentido del humor que les une, algo que para Eva es imprescindible.
“Por lo general, siempre me he sentido atraída hacia aquellos hombres que tienen sentido del humor y un poderoso intelecto, así que me siento muy satisfecha con la persona que hoy ocupa mi corazón”, dijo Eva en su momento, sin aclarar que se refería al empresario.
En 2015 se prometían durante una visita a Dubai, algo que confirmaba la propia actriz a través de sus redes sociales, donde compartió una fotografía besando a su pareja y luciendo un espectacular con un gran rubí rodeado de diamantes. Un año después, la pareja se daba el ‘sí, quiero’.
Esta fue la tercera boda para Eva, que había estado casada anteriormente con el jugador de baloncesto Tony Parker, con quien se casó en París en 2007, y con el actor Tyler Christopher, de quien se separó en 2004 tras dos años casados. Pepe, por su parte, estuvo casado con Natalia Esperón entre 1995 y 2005.
Fue en mayo de 2016 cuando Eva y Pepe decidieron reunir a todos sus amigos en Valle de Bravo, México, para celebrar su amor, una velada que, según cuentan, fue organizada por la hermana del novio y en la que también las hijas mayores de Pepe tuvieron protagonismo, desfilando al altar antes que los novios.
Allí, en un romántico escenario y en una ceremonia oficiada por el padre Pedro en español y en inglés, se juraron amor eterno. Además de las familias de ambos, numerosos rostros conocidos acudieron a festejar tan señalado día con ellos, como Ricky Martin, Mario Lopez o David y Victoria Beckham.
La diseñadora fue la encargada de crear el vestido que lució Eva, un elegante vestido de crepé blanco, con escote corazón y tirantes anchos. De corte recto hasta la rodilla, a partir de ese punto sumaba volumen y movimiento. Eso sí, a la hora de festejar y bailar, no dudó en lucir un segundo conjunto, esta vez de corte midi y escote asimétrico con tirantes finos y ajustado a la figura. El novio escogió un traje de tres piezas de Brunello Cucinelli en color gris.
La cena corrió a cargo de los chefs mexicanos Eduardo Kholman y Enrique Olvera, una exquisita ‘degustación de mar’ de tres tiempos, y toda la decoración se basó en el concepto ‘blanco elegante’ y no hubo dudas de que acertaron. Desde las numerosas luces que acompañaron a los novios al altar a modo de arco, hasta las flores blancas que vistieron toda la celebración. Un día lleno de amor y en el que todo el mundo acabó bailando al ritmo de Carlos Vives.