Carla Barber acaba de poner fin a su relación con el cirujano Carlos Rubí. Y a principios de año se separaba del padre de sus hijos, Joseph Rodríguez. Sin lugar a dudas la cirujana volverá a encontrar el amor, y mientras tanto queremos recordar uno de los momentos más románticos de su vida. La boda de Carla Barber y Camil Esquivel, celebrada en septiembre de 2018, fue un gran acontecimiento para la pareja, aunque legalmente no tuviera validez y sin importar que poco después sus vidas tomaran diferentes caminos.
Carla y Camilo fueron fieles a la tradición que marca que la boda debe celebrarse en la ciudad natal de la novia. Así que tanto ellos como sus invitados se trasladaron a Gran Canaria para la celebración. El enlace y la fiesta posterior tuvo lugar en un impresionante resort situado al sur de la isla, el Salobre Hotel Resort & Serenity.
Un enclave de ensueño en el que se podía disfrutar del paisaje propio de la isla y en el que la gastronomía es una auténtica experiencia. Sin duda fue todo un acierto.
La cirujana tiene un gran número de seguidores en redes sociales que admiran su trabajo, pero que también están pendientes de su vida personal. Carla Barber lo sabe y quiso hacerles partícipes de un día tan especial para ella compartiendo el enlace en riguroso directo. Fue todo un acierto que contó con la presencia virtual de más de 145.000 personas.
El día estuvo lleno de momentos para el recuerdo, pero una de las anécdotas más destacadas fue que cuando Carla se dirigía al altar del brazo de su padrino, tuvo que dar media vuelta. La razón no tenía nada que ver con el gran paso que iba a dar en su vida ni con arrepentirse de su decisión. El motivo fue que en el último momento descubrió que había olvidado el ramo de flores en el dormitorio y regresó a por él.
Lo que más llamó la atención de la boda fue que la novia decidió llevar en su gran día tres vestidos de novia diferentes: uno para la ceremonia, otro para el convite y un tercero para partir la tarta y la fiesta. En la ceremonia lució un vestido del diseñador venezolano Luis Perdomo, en seda y con escote halter. Los complementos fueron una corona de plata envejecida, un largo velo y zapatos de Jimmy Choo. Camilo lució un tradicional esmoquin en negro con americana blanca.
El segundo vestido fue diseñado por la firma canaria Marco&María. Destacaba el escote en V y el amplio escote en la espalda, además de las aplicaciones de pedrería, la cola y el corte vaporoso.
El último vestido fue diseñado por Julio Vino, con una falda de tul que dejaba entrever sus piernas y un precioso escote en corazón. Los tres vestidos fueron un acierto y a Carla le sentaban como un guante.