Este mediodía, en la iglesia de San Francisco de Borja, situada en pleno barrio madrileño de Salamanca, tiene lugar la que hasta ahora es la boda de la temporada. La protagonizan José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo que, diez meses después de hacer oficial una relación con un importante interés mediático, se dan el 'sí, quiero'. Como es habitual, buena parte de la expectación recae en los looks que lucirán los novios en su gran día. Para conocer en detalle el proceso de preparación de la prenda que vestirá el actual alcalde de Madrid en su boda, en Divinity.es hemos hablado con Joaquín Fernández Prats, maestro sastre y responsable de la marca que firma el chaqué de Almeida.
El que unirá al abogado y político con la analista de inversión es un enlace cuyos preparativos han sido muy seguidos por los medios de comunicación, pero también una boda muy hermética: aunque se conocen unos cuantos detalles respecto a la jornada, los novios han mantenido un perfil bajo y apenas han hecho declaraciones al respecto. Con el paso de las semanas, la prensa ha podido averiguar datos como la lista de invitados, que asciende a quinientas personas, la lista de bodas o el exclusivo menú que firma el catering Lhardy.
También se ha podido confirmar que la madrileña Sastrería Fernández Prats, con dilatada experiencia en la confección de prendas para grandes directivos y personalidades reconocidas, es la encargada de la confección del traje del novio. Con su fundador, Joaquín Fernández Prats, hemos podido hablar unas horas antes de la boda. La relación entre el líder popular y la firma, que pretende dar actualidad a un oficio ancestral, no es nueva: ya le habían confeccionado prendas con anterioridad. Y cuando llego el momento de elegir quién se encargaría del chaqué, el alcalde quiso reivindicar el pequeño comercio y esa artesanía madrileña en la que tanto confía.
El proceso ha transcurrido sin complicaciones, en contra de lo que podría esperarse del encargo, por lo mediático del evento para el que es destinada la prenda. Nada más lejos de la realidad. "Nosotros tratamos a todos los clientes por igual", nos ha asegurado Fernández Prats, que define esta como una experiencia "amena, bonita y agradable", con algunas anécdotas que ha preferido reservarse. La marca firma, además del traje del novio, el estilismo de algún invitado más, como nos ha explicado Joaquín.
El político, sin ideas preconcebidas, se ha dejado asesorar, aunque el resultado sí tiene su "sello personal". Sin entrar en detalles explícitos, para los que habrá que esperar a las primeras imágenes del evento, el fundador indica que el chaqué es una prenda de máxima etiqueta que tiene un diseño propio y en la que "no se pueden hacer grandes variaciones". Es el terreno de las hechuras el que más permite jugar: "Él eligió una entre la italiana y la inglesa, que es la nuestra. Va entalladito, cómodo", desvela.
El maestro confirma que el proceso ha sido dilatado y laborioso, que ha requerido de un importante esfuerzo: setenta horas de trabajo, seis personas dedicándose a la pieza y cuatro pruebas del traje, en las que a Almeida se le veía tranquilo. Si acaso, "un poquito nervioso" en la última, celebrada el pasado lunes y en la que se hicieron los últimos retoques. El resultado es una prenda artesanal que ha dejado "entusiasmado" al político del Partido Popular que, según Fernández Sastre, probablemente incorporará un guiño familiar en los complementos de su atuendo, haciendo así un paralelismo con el vestido de la novia, de herencia materna.