Aunque el verano ha llegado a su fin y ha dado comienzo ya al otoño, la temporada de bodas vip carbura todavía a pleno rendimiento. Este pasado sábado fue Irene Villa quien se casó con David Serrato, y el próximo fin de semana hay dos importantes enlaces en el calendario: la de la princesa Teodora de Grecia, a la que podrían asistir los reyes Felipe y Letizia, y la de Ana Cristina Portillo, la hija pequeña de Sandra Domecq, que se casa este sábado 28 de septiembre con Santiago Camacho tras siete años de relación sentimental. En las últimas horas, la diseñadora ha abierto un debate en redes sobre los colores de los vestidos de invitada.
Ana Cristina, hija de Domecq y de Fernando Portillo, es la hermana pequeña de las hijas de Bertín Osborne, lo que ha redoblado el interés mediático en su figura y, en estas fechas, en su inminente enlace con el ingeniero industrial tras varios años juntos. Tendrá lugar en Jerez de la Frontera, y ya se conocen algunos detalles del mismo, como la asistencia del cantante y sus hijas, a las que Portillo está tremendamente unida, así como sobre el vestido de novia, que corre a cargo del diseñador Jorge Acuña, amigo suyo, o la presencia que tendrá con su madre, fallecida en 2004, en su gran día.
Y precisamente de vestidos ha hablado la benjamina de Domecq en las últimas horas. En sus historias de Instagram ha explicado que había estado reflexionando con una amiga sobre la idoneidad de que mujeres invitadas a una boda, en general y no a la suya, decidan vestirse con colores claros, chocando con la tradicional norma de que solo la novia puede vestir de blanco ese día. Ana Cristina reconoce que ha recibido muchas preguntas de personas invitadas a su boda al respecto, así que ha abierto un debate con sus seguidores para conocer su opinión.
La diseñadora ha propuesto ejemplos de varios vestidos de invitada en imágenes que ha subido a su perfil de Instagram, todos ellos con colores claros o presencia de blanco, dejando abierta la posibilidad de que sus followers decidiesen si los veían convenientes o no para una boda. Portillo se ha mostrado contraria a la idea de utilizar este tipo de tonos, habida cuenta de que muchas novias a día de hoy visten de beige, blanco roto o con estampados, lo que podría inducir a error, según ella. "Sinceramente, hay 500.000. ¿Por qué ir de beige a una boda? [...] ¿ Por qué arriesgarse? Anda que no hay días para ponerse colores claros...", ha reflexionado.
También ha relatado su propia experiencia: que ella misma vistió una pieza muy clara para la boda de Acuña. "Era de Jorge y él me insistió muchísimo, pero a mí me daba bastante cosa", ha contado, explicando que también habló con otra amiga cuando esta se casó y ella llevó una blusa blanca, para aclarar las cosas.
Aunque ha dejado claro que todo lo expuesto no tenía que ver con las pautas para vestirse en su boda, sí ha admitido que "si alguien se siente aludida por mi boda, por algo será", ha explicado, dejando claro que confía en sus amigas y que ha resuelto las dudas que le han planteado. "Yo quiero color, alegría", ha comentado tras grabarse en vídeo.