Sin ilusión y con muchas ausencias: así fue la boda de Carmen Martínez-Bordiú y Alfonso de Borbón
La boda de Carmen Martínez-Bordiú y Alfonso de Borbón se celebró en 1972
A todas luces se trataba de un matrimonio de conveniencia que apenas duró seis años
Te contamos todos los detalles de ese enlace celebrado en el Pardo
La boda de Carmen Martínez-Bordiú y Alfonso de Borbón en 1972, según palabras de la novia, nunca debió celebrarse. Se trataba de un matrimonio de conveniencia, como el tiempo demostró, con el que la nieta de Franco quería alcanzar la libertad que no le otorgaba su familia. Por su parte, el novio albergaba la esperanza de recuperar el derecho a ocupar el trono al que había renunciado su padre. La de ellos es una historia triste, marcada por la tragedia: no hubo amor, el divorcio fue doloroso y, tras la muerte de su hijo Francisco de Asís en un accidente de coche, Alfonso de Borbón fallecía también en otro accidente, en su caso mientras esquiaba en Estados Unidos.
La pareja ideal, pero solo para los demás
MÁS
700 invitados, mucho frío y sin orquesta: recordamos la boda de Estrella Morente y Javier Conde
En el Palacio de Dueñas, sin prensa pero con muchos curiosos: así fue la boda de Cayetano M. de Irujo y Genoveva Casanova
Emotiva, familiar y con los Reyes como invitados: así fue la boda de Sonsoles Ónega y Carlos Pardo Sanz
Que la nieta mayor de Franco se casara con el nieto de Alfonso XIII era un triunfo para las familias de ambos, que veían clara la posibilidad de que terminaran convirtiéndose en los reyes de España. Carmen y Alfonso se conocieron en Suecia, cuando ella viajaba con sus padres y él desempeñaba allí el cargo de embajador. Apenas se habían visto cuatro veces cuando él le pidió matrimonio, una proposición que fascinó a los padres de ambos. Él tenía 35 años y ella 19, y parecía que en ese momento iba a comenzar un verdadero cuento de hadas, pero para cuando llegó la boda, la pareja no sentía la más mínima ilusión por el matrimonio. Con todo, Alfonso sí confiaba en casarse para siempre y así superar el traumático divorcio de sus padres, pero no estaba escrito en su destino que así fuera.
La boda en el Pardo y la ausencia de muchos invitados
Como era de esperar, la boda se organizó como si se tratara de un asunto de Estado, aunque la ceremonia fue privada y familiar en la que la novia deslumbró con un vestido de Balenciaga. Se celebró el 8 de marzo de 1972 en el Pardo, sonaba el himno nacional y España quería mostrar una imagen más abierta hacia el exterior, así que la intención era reunir a todo tipo de mandatarios extranjeros, junto a la flor y nata de ministros, aristócratas y empresarios patrios.
A pesar de los esfuerzos, la respuesta europea no fue la deseada, aunque no faltaron al enlace los príncipes de Mónaco, Imelda Marcos, las princesas Cristina y Desirée de Suecia o Geraldine de Albania.