La boda de Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana no consiguió tantos titulares como lo ha hecho el proceso de divorcio en el que la extenista y el empresario llevan años enfrascados. Era el segundo matrimonio de Arantxa, con el que conseguía formar una familia, al tiempo que la enfrentaba a sus padres, y que estalló haciendo saltar por los aires su estabilidad emocional y su economía. Pero antes de los interminables juicios en EE.UU. y España, las condenas de cárcel o la lucha por la custodia de sus hijos, hubo amor. Y ese amor desembocó en una boda que, para algunos, nunca debió celebrarse.
Así lo contaba la mejor tenista española de todos los tiempos en su libro ¡Arantxa, vamos!. Un flechazo que la haría romper los lazos con su familia y que la ha llevado a los juzgados, españoles y estadounidenses, de manera repetida. Les presentó en 2007 José Guindulain, un amigo de Santacana que terminó quitándose la vida, acuciado por las deudas. Cuando Arantxa y Josep se conocen y se produce ese flechazo, el empresario catalán también tiene deudas millonarias, por lo que la familia de la tenista quiere evitar una boda en la que considera que el interés económico está por encima del amor. Pero nada ni nadie puede detener a Arantxa, que termina dando el “sí, quiero” a Santacana.
La boda se celebró en septiembre de 2008 en el Castillo de Peralada, en Girona. Tras las acusaciones que Arantxa Sánchez Vicario había arrojado contra sus padres, y el hecho de que estos hubieran contratado a un detective privado para investigar a Santacana, no se sabía cómo iba a transcurrir el enlace ni quién llevaría a la novia al altar. Pero finalmente lo hizo del brazo de su padre y contó con su familia en un día muy importante para ella. Hubo más de 300 invitados, con nombres destacados, como Emilio Butragueño, Miguel Indurain, la nadadora Gemma Mengual o Manel Fuentes.
Desde la boda hasta que comenzaron los trámites de divorcio, diez años después, la pareja tuvo dos hijos, Arantxa y Leo. El tribunal decidió que la custodia de los menores fuera compartida por ambos progenitores. Sin embargo, el proceso de divorcio ha sido más complicado de lo que se esperaba, porque la situación financiera de ambos presentaba serias irregularidades. Así que, aunque la separación de la pareja se produjo hace años, el final de esta historia aún no ha podido ver su punto y final.
Suscríbete a la newsletter de Divinity y recibirás toda la información de celebrities y corazón cada semana en tu mail.