La boda de Patricia Rato y Javier Moro se celebró en septiembre de 2022 por partida doble. Ella se convirtió en socialité tras casarse con el torero Juan Antonio Ruiz “Espartaco”, pero tras el divorcio en 2010, ha llevado una vida social de lo más discreta. Poco después conoció a su actual marido, Javier Moro, en la fiesta de cumpleaños de un amigo común, aunque la relación de pareja no empezó hasta dos años después. Tras nueve años juntos, decidieron darse el “sí, quiero” en una preciosa y discreta boda.
Supimos de los orígenes de Patricia Rato cuando se destapó su relación con “Espartaco”. Descendiente de una familia de banqueros, criada en el madrileño barrio de Salamanca, no contó con el apoyo inicial de los suyos para ser la mujer de un torero y retirarse a vivir a una casa en el campo en Sevilla. Pero Patricia dejó claro que no le importaba el dinero, aunque la vida hizo que su entonces marido prosperó económicamente en poco tiempo.
Javier Moro, por su parte, es un empresario harinero de éxito, una ocupación heredada de su abuelo y, posteriormente, de su padre. También se dedica a la explotación agrícola y a gestionar una casa rural de lujo para alquiler turístico. El actual marido de Patricia Rato también está divorciado y es padre de dos hijos, de 31 y 29 años de edad.
El 7 de septiembre de 2022, Patricia Rato y Javier Moro se convirtieron en marido y mujer en una ceremonia religiosa celebrada en la más absoluta intimidad. Tuvo lugar en Gamonoso, un pequeño pueblo de Ciudad Real, en la iglesia de San Juan de Ávila. Solo asistieron los testigos y los hijos de la pareja, por lo que fue una ceremonia discreta y, seguramente, muy emotiva. Al día siguiente celebraron una segunda boda, pero mantuvieron ese carácter íntimo que les caracteriza.
Estaba claro que la pareja quería poder disfrutar de una boda tranquila y emotiva, pero también querían celebrarlo con sus familiares y amigos más cercanos. Por eso el 8 de septiembre, al día siguiente de la ceremonia religiosa, se reunieron en Las Herederas, la finca del novio que se encuentra muy cerca de Talavera de la Reina. Allí volvieron a casarse, Patricia vestida con un vestido de gasa en color gris perla, de Tot-Hom, y Javier luciendo el clásico chaqué. No hubo exclusivas ni se filtraron fotos en un primer momento, para preservar la familiaridad y discreción en un día tan importante.
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