Hace unos días, Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan anunciaron su compromiso matrimonial tras una década de relación. La pareja, que ha mantenido su vida privada con discreción, ha decidido dar este paso significativo en su historia de amor. Según fuentes cercanas, la boda está prevista para finales de septiembre o principios de octubre de este año, aunque la fecha exacta aún no se ha confirmado. La ceremonia no se llevará a cabo en los palacios tradicionales de la Casa de Alba, sino en otra propiedad familiar. Este enlace ha generado expectativas no solo por la unión en sí, sino también por las posibles repercusiones en las relaciones familiares dentro de la Casa de Alba, marcadas por conflictos y distanciamientos en los últimos años.
Cayetano y Bárbara se conocieron en 2015 en Marbella. A pesar de su diferencia de edad de 32 años, han construido una relación estable y discreta. Bárbara, de 29 años, ha optado por mantenerse alejada del foco mediático, centrándose en su carrera profesional y acompañando a Cayetano en distintos eventos públicos y familiares.
La decisión de casarse llega en un momento en el que Cayetano ha logrado acercarse nuevamente a su hermana Eugenia, un factor clave en esta nueva etapa. No obstante, la relación con sus demás hermanos, especialmente con Carlos, duque de Alba, sigue siendo distante.
Recientemente, Carlos Fitz-James Stuart, actual duque de Alba, recibió un galardón en la XI edición de los 'Premios Valores de Excelencia Cultura y Tauromaquia' en Sevilla. Durante el evento, fue abordado por los compañeros de ‘Europa Press’ sobre la boda de su hermano Cayetano, donde confirmo que ya lo había felicitado y le deseaba lo mejor. “Me he enterado muy bien. Lo he felicitado esta mañana. Así que le deseo todo lo mejor”, afirmó. Además, destacó la figura de la novia, asegurando que “es una chica estupenda que ha demostrado tener muchas virtudes”. Además, elogió a Bárbara Mirjan, describiéndola como "una chica estupenda que ha demostrado tener muchas virtudes"
Sin embargo, lo que más llamó la atención fue su siguiente comentario, que no pasó desapercibido por su tono bromista: “Yo estoy muy contento con el tema. Así que nada, a ver si le endereza un poco”. Sus palabras han dado pie a diversas interpretaciones sobre la relación entre los hermanos y la percepción de la familia respecto al enlace. Sobre el estado de ánimo de Fernando, Carlos fue escueto pero claro: “Sí, estaba contento”.
La Casa de Alba, una de las familias aristocráticas más emblemáticas de España, ha experimentado diversas disputas internas en la última década. Tras el fallecimiento de la duquesa de Alba en 2014, surgieron desacuerdos relacionados con la gestión del patrimonio familiar y la asignación de títulos nobiliarios. Carlos, como nuevo duque de Alba, asumió el control de los bienes familiares, lo que generó fricciones con sus hermanos, especialmente con Cayetano, quien había estado involucrado en la promoción de la marca Casa de Alba y la comercialización de productos derivados de las fincas familiares. Estas diferencias han llevado a un distanciamiento notable entre algunos miembros de la familia, evidenciando las dificultades para mantener la unidad familiar tras la pérdida de su matriarca.
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