Carla Pereyra y Diego Simeone son una de las parejas más estables del fútbol. Ambos se conocieron en un restaurante en Madrid y el flechazo fue instantáneo. Esto sucedió hace más de ocho años y cinco años después decidieron darse el ‘sí, quiero’.
La pareja se dio el 'sí, quiero' en la tierra natal de ambos, Argentina, sin decir nada a nadie, por eso fueron muchos los que se sorprendieron cuando ambos colgaron una imagen del enlace en sus redes sociales. “Nos hemos casado por lo civil…¡estamos muy felices!”, comentaban ambos en una imagen subida a Instagram. Para ese momento tan íntimo, la novia lució una blusa semitransparente blanca y una falda rosa, mientras que el novio optó por un traje oscuro muy elegante.
El Cholo había pedido matrimonio a Carla tras el nacimiento de Valentina, su segunda hija, con un impresionante anillo de Cartier. Ella estaba segura de la decisión y, por eso, no lo dudó ni un momento. Planearon celebrarlo por todo lo alto. Y así lo hicieron tras celebrar su enlace lo civil en Buenos Aires. Para la segunda boda, eligieron La Toscana, en Italia.
A ambas celebraciones estuvieron invitados los hijos del entrenador que tuvo con su primera mujer, Carolina Baldini. De esta matrimonio nacieron sus tres hijos: Giovanni, Gianluca y Giuliano. Los tres mantienen una buenísima relación con Carla y posan en infinidad de veces juntos. Esta segunda boda se celebró el 7 de septiembre 2019 en el Castello di Casole, uno de los lugares más especiales de La Toscana. Así, la pareja se juró amor para siempre entre viñedos.
Para ese momento tan especial, Carla Pereyra lució un precioso vestido de Dior Couture, que había creado Maria Grazia Chiuri. El vestido estaba hecho en seda y tenía un escote de hombros caídos con un efecto cruzado y drapeado. Además, en la parte de la cintura destacaban unos bordados y motivos florales. También, se enfundó unos zapatos de la misma firma.
Las dos hijas que tiene en común la pareja, Francesca y Valentina, jugaron un papel fundamental en el enlace y fueron dos de las protagonistas. Ellas mismas no paraban de repetir a todo el mundo que sus padres se iban a casar, con mucha ilusión.