La relación entre Camila Parker-Bowles y el príncipe Carlos comenzó cuando ambos eran muy jóvenes. Los dos se conocieron debido a su círculo social, aunque su relación se pausó cuando el heredero al trono inglés conoció a Diana. Lady Di parecía ser la mujer ideal para Carlos, ambos pertenecían a una clase social alta y, en principio, compartían muchas cosas en común, pero nada más lejos de la realidad.

El matrimonio de Carlos y Diana fue todo un fracaso y estuvo protagonizado por una infinidad de polémicas, entre ellas la relación paralela que el heredero al trono de Inglaterra tuvo con la que ahora es su mujer, Camila.

Tal y como confesó Diana en una entrevista, su matrimonio había sido siempre de tres personas: Camila, Carlos y Diana. De esta forma, la princesa de Gales admitía las infidelidades por parte de su marido durante reiterados años, lo que hizo que su matrimonio se fuera debilitando.

Por su parte, Camila había formado un matrimonio con un militar y tenían dos hijos. Se dice que el marido conocía los escarceos de su mujer con el príncipe Carlos, algo que también hizo que finalizara su relación.

Una vez que Diana falleció, tanto Carlos como Camila esperaron un tiempo prudencial para confirmar su relación. Fue dos años después de la muerte de Diana, cuando la pareja apareció junta, por primera vez, en el cumpleaños de la hermana de ella en el Hotel Ritz. Desde 2003, ambos viven juntos en Clarence House.

El paso por el altar tuvo que esperar ocho años. Así, el 9 de abril de 2005, Camila y el príncipe Carlos se casaron en Windsor, en una ceremonia civil celebrada en el Ayuntamiento y más tarde se produjo una misa, oficiada por el arzobispo de Canterbury.

Los novios ya tenían casi 60 años y fue uno de los momentos más especiales de su vida. Para el enlace, Camila se enfundó un vestido blanco roto firmado por Robinson Valentine, combinándolo con un abrigo a juego en hilo de seda. Debido a que era una ceremonia civil y muy alejada de las obligaciones reales, la novia lució una cartera, en vez de un ramo de flores.

Para la misa, Camila se decantó por un vestido largo de color azul con bordados en oro con una Pamela y un tocado dorado. Por su parte, el novio eligió un chaqué. Para la foto oficial, posaron con los hijos del heredero al trono y con sus nueras.

La boda se convirtió en el broche perfecto a la relación que habían mantenido durante casi veinte años. Lo cierto es que, aunque nadie se lo pidiera, la pareja tuvo que tener una actitud ejemplar durante todo el tiempo, dando a entender que Camila sería la futura reina perfecta.

Actualmente, la duquesa de Cornualles cuenta con el beneplácito de todos los ingleses, quienes ven ella una persona educada que mantiene una estrecha relación con Isabel II. Todo lo contrario de la imagen que proporcionaba Lady Di.