La boda de Victoria de Suecia y Daniel Westling: del rechazo del rey sueco a la declaración de amor del novio
Victoria de Suecia contrajo matrimonio con su entrenador personal, Daniel Westling, el 19 de junio de 2010.
La relación fue especialmente complicada, ya que Daniel no tenía sangre azul y fue algo complicado de aceptar por los reyes.
A pesar de todo, los novios protagonizaron una impresionante y emotiva boda.
La princesa Victoria de Suecia vive una vida ejemplar con el objetivo de, en algún momento, convertirse en la reina de su país. Además, los ciudadanos suecos tienen especial cariño a su princesa, que estudió en la Universidad de Yale y vivió en distintos lugares del mundo como Washington. Durante ocho años mantuvo una relación sentimental con el productor de películas, Daniel Collert.
Victoria conoció a Daniel en un gimnasio donde él era entrenador personal
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Aunque eso sí, el amor de su vida tardaría un poco más en llegar. A principios de la década de los 2000 conoció a Daniel Wellington. El joven era entrenador personal en el gimnasio que Victoria frecuentaba y parece ser que lo suyo fue un flechazo total. Puede ser que esta relación costara tiempo asimilarlo a los padres de la princesa, Carlos y Silvia de Suecia, ya que Daniel no tiene sangre azul.
El rey Carlos estuvo siete años sin hablar a su hija por esta relación
Fueron momentos especialmente complicados para Victoria, ya que su padre estuvo años sin dirigirle la palabra y mucho menos quería conocer al novio no oficial de su hija. Aún así, el paso del tiempo les hizo aceptar a su yerno. Además, la relación fue avanzando tanto hasta el punto que el 24 de febrero de 2009, ocho años después de conocerse y siete años más tarde de hacerse novios oficiales, la casa real anunció su compromiso matrimonial. Para ello, realizaron una conferencia en el Palacio Real.
La pareja decidió dar el paso después de una primera negativa por parte del rey Carlos Gustavo al no tener Daniel ninguna relación con una casa real. Los días previos a la boda se organizaron diversas celebraciones.
Antes del enlace se desarrollaron diversas fiestas
En la última de ellas, más de mil invitados se dieron cita en el Ericsson Hall para asistir a una cena de gala, que había sido ofrecida por parte del gobierno, en honor a los novios reales. Además, tanto Victoria como Daniel organizaron un concierto de gala y una fiesta en la elitista discoteca Café Opera. Fueron muchos los rostros conocidos que acudieron a estos eventos, como Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock, la infanta Elena, los duques de Palma, los príncipes de Asturias y Simeón y Margarita de Bulgaria.
Para su boda, la novia se decantó por un diseñador de su modista de cabecera
Para ese momento, la futura reina de Suecia se decantó por un impresionante vestido nude con escote asimétrico. Todos se preparaban para lo que iba a suceder en los próximos días, uno de los eventos más importantes del país escandinavo. La ceremonia se celebró en la Catedral de San Nicolás, en Estocolmo, con la realeza europea y las autoridades suecas como testigos del momento.
La novia lució un vestido blanco perla, de terciopelo y con manga corta. El diseño estaba firmado por Pär Engsheden, uno de sus modistas de cabecera. Además, completó el look con una tiara y el velo que ya llevó su madre, la reina Silvia, en su boda de 1976. Daniel recogió a su futura mujer en mitad del pasillo, hasta donde le había acompañado su padre. Además, durante la ceremonia, tocó la Real Filarmónica, donde se mezcló música tradicional y moderna.
Entre los más de 1.200 invitados se encontraban los príncipes de Asturias
Entre los 1.200 invitados al enlace se encontraba la reina Sofía y sus hijos, el príncipe Felipe y las infantas Critina y Elena. También, estuvieron en compañía de la princesa Letizia e Iñaki Urdangarín.
La pareja abrió el baile con un vals nupcial y se produjeron diversas actuaciones musicales como la de los artistas suecos Roxette o la cantante Carola. Además, la fiesta tras el banquete se extendió hasta las seis de la mañana. Uno de los momentos más emotivos se produjo cuando Daniel le dijo a su ya mujer, hasta en dos ocasiones, que la quería.