Organizar una boda requiere de una buena planificación y del tiempo suficiente para preparar todo con detalle. Y para ponerse manos a la obra, una vez que habéis tomado la feliz decisión de casaros, una de las primeras decisiones (o la primera) que vais a tener que tomar es cuándo queréis casaros.
Es posible que los dos tengáis muy claro el día que os gustaría celebrar la boda pero, por lo general, es una decisión que implica valorar diferentes aspectos que van a condicionar por completo el tipo de celebración que vais a tener. Aquí tienes las claves que necesitas para acertar con la fecha de la boda, y lograr que ese día se parezca lo más posible a lo que habías soñado.
Los expertos en bodas recomiendan empezar por poner en común posibles fechas señaladas que sean importantes para la pareja. Que el día de la boda coincida con el que se conocieron, el que se dieron el primer beso o cualquier otro hito que sea especial para ellos, suele ocupar el lugar de preferencia a la hora de buscar una fecha para el enlace. Si los dos estáis de acuerdo, vuestra única preocupación será conseguir que os casen ese día en el sitio que tenéis pensado.
Cuando no hay una fecha señalada como prioridad y los 12 meses del años son una posibilidad para celebrar la boda, hay que empezar por valorar qué época del año os parece mejor, con sus pros y sus contras. Sin lugar a dudas la primavera y el verano son las estaciones preferidas por las parejas para celebrar su boda, y poder disfrutar de espacios abiertos y de un buen clima. Aunque la tendencia más reciente apunta a un aumento de las parejas que eligen el otoño y el invierno, atraídos, entre otras cosas, por los destinos que quieren para su luna de miel.
El sábado es el día más demandado por las parejas para celebrar su boda. Las razones son evidentes, pero no olvides que hay otros seis días restantes. Así que dependiendo de vuestro presupuesto o del tipo de celebración que queréis, casaros un viernes o un domingo facilita encontrar fechas y proveedores disponibles, además de abaratar muchísimo el gasto. Y si vuestra opción es el clásico sábado, pensad en que deberéis reservar todo con mucha antelación.
O mejor dicho, con el principio o final de estas. Suena lógico hacer que tu boda coincida con el principio de tus vacaciones para sumar esos días libres a los que te corresponden para la luna de miel, y así disponer de más días para disfrutar de vuestro viaje. También hay parejas que prefieren casarse justo al finalizar sus vacaciones, y así aprovechar los últimos días libres para ultimar todos los detalles de la boda. Lo importante es que habléis con vuestras respectivas empresas con la antelación suficiente para que todo pueda cuadrar tal y como os gustaría.
Este detalle es muy importante, sobre todo en el caso de las bodas religiosas, ya que te será imposible reservar la iglesia que quieres si coincide con una festividad católica, porque son días en los que, entre otras cosas, no se celebran bodas. Así que no dudes en preguntar en la iglesia en cuestión lo antes posible, para saber si tienes que descartar la fechas que habías pensado.