Del altar al handfasting: los básicos para celebrar una boda celta
El ritual celta para celebrar una boda es muy especial y se realiza en total conexión con la naturaleza.
La unión de las manos o la disposición del altar son algunos de sus elementos más especiales para llevar a cabo la unión de la pareja.
Descubre cómo celebrar una auténtica boda celta paso a paso, y la importancia que tiene en ella cada detalle de la ceremonia.
Si buscas una forma especial de celebrar tu boda, debes conocer el antiguo ritual celta. En él, más que la unión de dos personas, se realiza la unión de dos almas, que juntas se complementan para crecer y construir un futuro juntas. La ceremonia está repleta de significado, se realiza en total conexión con la naturaleza y todos los invitados participan de los rituales encaminados a conseguir los mejores augurios para los recién casados.
Todos los gestos, detalles, ritos y disposición de los elementos tienen un importante significado en una boda celta, por lo que celebrarla según esta tradición es realizar una auténtica inmersión en la parte más espiritual y mágica del amor. Te contamos qué necesitas para celebrar tu boda según la tradición celta, logrando que todas las fuerzas de la naturaleza os acompañen ese día.
MÁS
Una boda al aire libre
La naturaleza es un elemento imprescindible en una boda celta, por lo que lo ideal es que tenga lugar cuando hace buen tiempo para estar al aire libre. Cuanto más rodeados estéis de naturaleza, más intensa será la vivencia, por lo que un bosque se convierte en el lugar ideal para celebrarla.
La disposición del altar
El altar juega un papel fundamental en la ceremonia y debe tener una distribución concreta. Ha de situarse dentro de un gran círculo que puede estar hecho con piedras, flores o ramas, y dentro de él estará la sacerdotisa y la pareja de novios. El círculo hace referencia a la eternidad y se considera un templo sagrado en el que se unen las almas de la pareja.
La disposición del altar, además de cumplir lo siguiente: ha de estar orientado hacia el norte y, sobre él, situar una vela dorada para representar al sol y una vela plateada para representar a la luna. Además, una tercera vela blanca representa a todos los asistentes a la ceremonia. Por último, un cuenco de agua y uno de sal que representan la tierra y el agua de ríos y mares.
El dress code de una boda celta
Para mantener la esencia de los celtas, lo ideal es elegir un vestuario sencillo, sin lujos o pedrerías, y con tejidos cómodos que permitan la libertad de movimientos. Las coronas de flores son el adorno perfecto para las novias, en armonía con la naturaleza, y si se eligen pendientes o collares, pueden incluir simbología celta, pero han de ser discretos. Lo mismo ocurre con el maquillaje, que debe ir a favor de realzar la belleza de la novia, pero de manera natural.
Con el novio ocurre algo parecido, puede ir en traje, por supuesto, pero este debe mantener la sencillez, tanto por la comodidad, como por ir en consonancia con el verdadero espíritu de una boda celta.
El ritual del enlace
Al comienzo de la ceremonia, el oficiante pedirá la bendición de los cuatro puntos cardinales situados en el altar y, a continuación, los novios harán su entrada por el este acompañados de sus padrinos.
En este momento se entonan unas oraciones para pedir por los asistentes a la boda y recordar a las personas que ya no están entre nosotros. Después, los novios entregan un regalo simbólico a los padres y depositan en el altar una ofrenda a la naturaleza.
La unión de manos o handfasting
Este momento es el más importante y especial de la ceremonia. En él se unen mediante cintas o lazos las manos de la pareja, y se hacen preguntas a los novios, muy similares a las de una boda convencional. Una vez hechas y respondidas estas preguntas, se atan las manos de los novios y se bendicen los anillos en el altar. A continuación, los novios encienden la vela nupcial, que ha estado apagada hasta ese momento, se les desatan las manos y se les entregan los anillos para que se los intercambien ellos mismos.
El final de la ceremonia
Para terminar, se coloca una escoba en el suelo que los recién casados deberán saltar cogidos de la mano, para dejar atrás el pasado y recibir lo nuevo. A continuación, dan el primer paso juntos hacia su futuro como pareja. Se les ofrece pan y vino y, lo que no tomen, lo esparcen sobre la tierra como ofrenda. Y la ceremonia concluye con un círculo formado por todos los invitados, recitando la plegaria final.