Corto y sincero: el discurso de boda perfecto para emocionar a los novios
Te han concedido el gran honor de pronunciar un discurso en la boda de esa pareja a la que tanto quieres. ¡Enhorabuena!
Ahora toca pensar bien qué vas a decir para que tu aportación a ese gran día sea realmente inolvidable, y te vamos a ayudar a que así sea.
Se casa esa pareja que es tan importante para ti y te concede uno de los mayores honores para el día de la boda, que pronuncies un discurso. Al mismo tiempo que es un honor es también una gran responsabilidad, porque sabes que te han elegido por lo que significas para ellos y porque de alguna manera has sido testigo de su historia de amor. Y ahora esa vivencia personal ha de traducirse en palabras que van a escuchar de tu boca todos los asistentes a la boda. Pero que no cunda el pánico, se trata de un gran privilegio al que es cierto que debes dedicarle su tiempo, pero el resultado será algo maravilloso que ni los novios, ni los invitados olvidarán jamás.
No lo dejes para el día de antes
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Aunque tengas muy claro qué quieres decir no debes dejar un discurso de boda en manos de la improvisación, ni de la inspiración divina. Piensa que los novios llevan meses preparando su boda para que todos disfrutéis al máximo de ese día, y tú formas parte de esa gran fiesta. Así que tómate el tiempo que creas necesario, que tampoco va a ser muchísimo, y piensa que más vale que lo tengas con antelación para que los nervios de última hora no te jueguen una mala pasada.
Haz tu propio discurso
Sabemos que internet está lleno de discursos tipo que podrías imprimir y reproducir tal cual incluyendo los nombres de los novios. Pero te aseguramos que eso no es lo que ellos, ni el resto de invitados esperan. Si te han elegido a ti es porque os une un vínculo personal y emocional que está a la altura de lo que se celebra en una boda, el amor, y desde ahí es desde donde debe estar concebida cada palabra que pronuncies ese día. Confía en ti, porque nada escrito por otros puede superar lo que tú tengas que decir.
Practica con otra persona
Una vez que lo tengas escrito es el momento de practicar cómo pronunciarlo en voz alta. Te aseguramos que esto es imprescindible y que va a condicionar por completo el éxito del discurso. Prueba primero sola, pero después pídele a otra persona que te escuche y verás cómo todo cambia y te hace ponerte más en situación. Además, es una forma estupenda de que alguien te pueda dar un feedback interesante sobre el discurso. Eso sí, no te preocupes si te trabas ni nada por el estilo. A sonreír y a seguir hablando. Te han elegido porque te quieren y eres muy importante para ellos, no porque seas una gran oradora.
Llévalo por escrito
Aunque tenemos claro que no hay mejor manera de pronunciar un discurso que diciéndolo de memoria, no está de más que lo lleves por escrito. Así no estarás nerviosa si te pierdes y no sabes por dónde seguir o se te olvida algo que considerabas muy importante y te apena no haber dicho. Hazte con una tarjeta bonita y llévalo todo bien escrito con una letra que te resulte cómoda de leer.
Sé breve
Un discurso de este tipo no debe durar más de 5 minutos, pero tampoco te pases de breve. Es decir, con 3 minutos es suficiente. En ese tiempo tienes espacio de sobra para decir todo lo necesario y no aburrir a nadie. Te aseguramos que en esos minutos puedes hacerles un homenaje maravilloso que capte la atención de todo el mundo.
Los protagonistas son los novios
A la hora de escribir el discurso es muy posible que te salga de manera inconsciente hablar de ellos desde tu perspectiva, y es lógico. Pero ten cuidado y, aunque todo lo que digas tenga el filtro de tu mirada y tus vivencias (y eso es algo maravilloso), no olvides que ellos son los grandes protagonistas de tu relato y del día.
Qué debe incluir el discurso
Para empezar debe haber un sincero agradecimiento. Un “gracias” de corazón por haberte dejado formar parte de su vida, por estar celebrando con ellos ese día tan importante y por haberte hecho el gran regalo de poder estar diciendo estas palabras. Transmíteles lo importantes que son para ti y deséales lo mejor en esta nueva etapa de su vida.
No te olvides de las anécdotas, al menos una que sea emotiva y otra que sea divertida. Rebusca en tu memoria y ve apuntando aquellos grandes momentos que creas que merece la pena destacar y luego elige con cuál te quedas. Deja un hueco para arrancarles una sonrisa, les encantará, pero evita los chistes privados porque no le harán gracia a nadie.
Si hay alguna canción o poema que conozcas y sepas que es importante para ellos, o que tú crees que refleja su historia de amor, incluye un fragmento. Para finalizar retoma el principio del discurso y concluye con un nuevo “gracias” y “felicidades”.
Hay cosas que es mejor no decir
Evita, como hemos dicho antes, los chistes privados, pero también aquellos que puedan avergonzarles o ponerles en un aprieto porque será más desagradable que divertido. También, puesto que es un día con las emociones a flor de piel, es importante no tender a lo lacrimógeno, para que la emoción provenga de la sensación de felicidad. Y, por supuesto, ninguna referencia a la política ni a ningún otro asunto que pueda resultar polémico o generar algún tipo de malestar en la sala. Recuerda, has venido (por suerte) a hablar de amor.