Dos años han pasado ya de aquella boda cubana en la que Elena Tablada y Javier Ungría dieron el paso definitivo en su relación. Entre medias han sufrido altos y bajos. De su guerra abierta con David Bisbal por la intimidad de Ella al nacimiento de Camila, su primera hija en común. También han llorado la pérdida de la abuela de la diseñadora, la matriarca del clan. Pero en una fecha tan redonda como esta tocaba celebrar el amor y recordar aquel día en el que se dieron el 'sí, quiero' ante los suyos con decenas de fotos y vídeos inéditos del enlace.
Si bicheamos el feed de Instagram de la fundadora de Etna, su firma de ropa, nos topamos con un 'ataque de nostalgia' en el que se reivindica esa "felicidad efímera" que tanto añoramos desde que la covid-19 paralizó nuestras vidas. En él vemos cómo la pareja ríe, disfruta y se emociona en La Habana, la tierra de la protagonista de esta historia, al pasar por el altar con el que considera el hombre de su vida. Y si en su día nos colaron en su boda por medio de exclusiva, esta vez han decidido darnos el contenido que merecíamos a golpe de posts. Te lo recopilamos todo en este vídeo:
"Sin este juramento, hoy sería todo más difícil todavía; sin lo que me consientes, me entiendes, me apoyas, me quieres y, sin duda, lo que me haces reír", le ha dedicado Tablada a su esposo junto a un vídeo en el que les vemos realizar el obligado 'paseíllo' por la iglesia de San Juan de Letrán, donde ocupó un papel crucial Ella Bisbal, que esperó junto al altar a ver cómo su madre aparecía vestida de novia con un diseño de espalda abierta y cuerpo de ganchillo que Nacho Montes, nuestro experto en protocolo, dictaminó como un error en su sección para esta web.
Haciendo balance de estos dos años de matrimonio con Javi, Elena tiene claro que juntos han "creado la fuente de felicidad más socorrida en estos momentos", haciendo referencia a su única hija en común. "Por muchos años más juntos, amándonos, de mucha paciencia, tolerancia, complicidad, felicidad y, por favor, sin este maldito virus, sin esta deshumanización y sin ninguna pérdida más", ha pedido con esperanza.
La suya no fue una boda al uso, ni muchísimo menos. Empezando por la ubicación, un homenaje a su abuela, que siete décadas atrás contrajo matrimonio en la misma parroquia. Elena Moura, con la que Tablada siempre tuvo un vínculo muy especial, decidió regresar a sus orígenes sin su esposo, ya fallecido, "con un bastón ayudando a su cadera rota, sin su casa ni sus bienes, con muchas heridas de guerra de tantas batallas ganadas, siendo la más cubana pero también la más española".
Si el coronavirus no se la hubiese llevado, este puente lo habrían pasado reabriendo el álbum que hoy aparece en su Instagram, viendo vídeos del enlace y "brindando con nuestra copita de champán que tanto le gustaba". "Todos los recuerdos se hacen escasos, pero sus fotos, sus vídeos, sus ocurrencias, a los cuales dedico tanto tiempo al día, son lo que más me consuelan", ha confesado con tristeza.
De este triste adiós, la diseñadora cubana ha sacado como conclusión que "la muerte no existe si se ha cumplido bien la obra de la vida”. Y prueba de esta optimista actitud vital, la cantidad de recuerdos divertidos de aquel día, con Raquel Perera o Madame de Rosa como invitadas, los novios llegando a la iglesia en un clásico almendrón cubano y abandonandola montados en una moto con sidecar.