A la hora de pensar en cómo va a ser nuestro vestido de novia, hay dos conceptos fundamentales que van a definir nuestra elección: el corte y el escote.
Lo cierto es que las opciones de vestidos de novia son tantas que la elección puede resultar algo complicada. A la hora de pensar en cómo quieres que sea el escote, tienes que tener en cuenta que no todos favorecen de la misma manera, y que crean diferentes efectos en función de tu complexión, tamaño de pecho y tipo de rostro. Puede que quieras lucir hombros o disimular pecho, es decir, potenciar determinadas partes de tu fisionomía y disimular otras. Si conoces cómo te pueden ayudar los diferentes tipos de escote a sentirte tan bonita como quieres ese día, te resultará más fácil diseñar el vestido de novia que quieres.
strapless
Este tipo de escote, uno de los más clásicos, sienta fenomenal a casi todas las mujeres, ya que el pecho queda recogido y realzado. Eso sí, siempre que el vestido esté bien hecho a tu medida y no el escote no te apriete demasiado, ni quede muy suelto. Deja al descubierto parte de la espalda, los hombros y el cuello, y a pesar de parecer demasiado atrevido, en realidad es sencillo y elegante.
Es el escote preferido de las novias, una versión del palabra de honor repleto de romanticismo a que imita la forma de un corazón. Sin duda, el escote más sensual y femenino de todos, que puede ser más o menos pronunciado según sea el estilo de la novia. Es muy favorecedor, tengas mucho o poco pecho, y además alarga visualmente el cuello, estilizando tu figura.
Otro de los escotes más utilizados, tanto por cómo sienta, como por su comodidad. Admite todo tipo de manga y corte. Si la manga es larga y el escote pronunciado se le conoce como escote “scoop”, y “tank” cuando no lleva mangas. El escote profundo es más favorecedor, si tienes poco pecho. Si tienes mucho, es mejor que está más subido. Eso sí, es un tipo de escote que aporta volumen a la figura, algo que hay que tener en cuenta si quieres un modelo estilizado.
Se trate o no de un vestido de novia, el escote en V es uno de los más favorecedores que existe. Elegante y sensual a partes iguales, estiliza la figura y se adapta a todo tipo de pecho.
Los más pronunciados es mejor evitarlos tanto si se tiene mucho pecho como poco. En esos casos es mejor un escote medio. El escote en V afina la cintura y alarga el cuello, y se adapta a todo tipo de cortes y mangas.
Si buscas marcar la diferencia a la hora de lucir tu vestido de novia, un escote asimétrico es una excelente idea. Enseñar un solo hombro añade un toque de sensualidad sin restarle nada de elegancia al conjunto, y sienta bien a todo tipo de siluetas, especialmente si tienes los hombros muy anchos o cuadrados. El hombro que queda cubierto puede ser de lo más sencillo, con un simple tirante hasta lo más glamouroso, jugando con los volúmenes y texturas.
Se ha convertido en un escote de tendencia en los vestidos de novia. Se define por ser un escote que se abrocha detrás del cuello y deja al descubierto los brazos, los hombros y una parte de la espalda. Los más cerrados son ideales para disimular el pecho, y los más abiertos para pronunciarlos. Admite todo tipo de cortes, y se adapta con éxito asegurado a los diseños más sencillos y a los más elaborados, con todo tipo de encajes o pedrería.
El escote barco o bateau destaca por su discreción, pero eso no le impide resultar también seductor, ya que permite mostrar con delicadeza y efectividad los hombros y las clavículas. Sienta de maravilla a las mujeres de pecho poco voluminoso y poca cadera, pero en general funciona muy bien para equilibrar la silueta.
Este escote, que deja todos los hombros al descubierto y parte del busto en ocasiones, puede ser tan dulce como sensual, pero para no resultar excesivo lo ideal es llevarlo con vestidos largos. A pesar de sentar bien a todo tipo de pecho, puede que no te estilice demasiado si tienes el cuello demasiado grueso o corto.
Se trata de un doble escote. El primero se encuentra a la altura del pecho y lo cubre, normalmente con forma de corazón o palabra de honor. El segundo cubre al primero o parte de él y llega hasta el cuello, está hecho de un tejido semitransparente, y puede llevar adornos de pedrería o encaje. Se ha convertido en uno de los diseños más frecuentes en los últimos años, ya que es romántico y favorecedor.
Es un escote que entra en combinación con otros, como el halter o el redondo, y aunque suele estar reservado para la espalda del vestido, en la parte delantera añade un punto de dinamismo y originalidad de lo más interesante. Eso sí, es preferible evitarlo si tienes el pecho muy voluminoso.