Si tu boda va a ser religiosa, debes pensar en la música que va a haber en cada momento de la ceremonia, en cómo decorar la iglesia con flores y en tu llegada al altar. Pero no debes olvidarte de la elección de los textos que se van a leer en la boda, ya que son fundamentales para que la ceremonia sea realmente inolvidable.
Seguramente ya hayas pensado en qué familiares o amigos quieres serán los encargados de leer ese día, y serás tú la que deba ofrecerles el texto en cuestión. Hay determinadas lecturas ideales para una boda religiosa, que reflejan el amor y el romanticismo que se debe respirar en una ocasión tan importante. Aquí tienes nuestra selección de los fragmentos más elegidos por los novios para escuchar el día que se unen en matrimonio.
Y Dios dijo:
“No es bueno que el hombre esté solo.
Yo haré una compañía adecuada para él”.
Entonces Dios provocó un profundo sueño al hombre
y mientras él estuvo dormido, sacó una de sus costillas
y selló el lugar con carne. Dios construyó una mujer
con la costilla que había tomado del hombre y cuando
la llevó al hombre, este dijo:
“Esta, al fin, es huesos de mis huesos
y carne de mi carne; esta será llamada "mujer"
porque del "hombre" fue tomada”.
Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre
y se unirá a su esposa y los dos se volverán un solo cuerpo.
El amor es sufrido, es benigno;
el amor no tiene envidia;
el amor no es jactancioso, no se envanece,
no hace nada indebido, no busca lo suyo,
no se irrita, no guarda rencor;
no se goza de la injusticia,
sino que se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta.
El amor disculpa sin límites,
cree sin límites, espera sin límites,
aguanta sin límites.
El amor no pasa nunca.
Lectura del Santo Evangelio según San Marcos. Marcos 10, 6-9.
Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer.
Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer.
Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer,
y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne.
Que el hombre no separe lo que Dios ha unido". Palabra del Señor
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-"Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor;
lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a su plenitud.
Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado."
Palabra del Señor.
¡La voz de mi Amado!
Mirad: ya viene, saltando por los montes, brincando por las colinas; mi Amado es una gacela, es como un cervatillo.
Mirad: se ha parado detrás de una tapia; atisba por las ventanas, observa por las rejas.
Mi Amado me habla así: “levántate Amada mía, hermosa mía, ven a mí. Paloma mía que anidas en los huecos de la peña, en las grietas del barranco, déjame con tu figura”.
Mi amado es para mí y yo para él. Ponme como sello sobre tu corazón, como un sello en tu brazo. Porque el amor es fuerte como la muerte; el celo, obstinado como el infierno. Sus saetas son saetas de fuego. Las grandes aguas no pueden apagar el amor ni los ríos arrastrarlo.
Palabra de Dios.