Entre las muchas opciones que una novia puede barajar para el día de su boda están los vestidos de colores, una alternativa arriesgada por la que muchas firmas de moda nupcial están apostando. Al hablar de colores hay que incluir también el color negro, una alternativa para las mujeres menos tradicionales.
A medio camino entre la novia más clásica y la más transgresora está la opción de llevar un vestido que combine blanco y negro, bien de manera discreta, bien de forma muy llamativa, una combinación siempre ganadora.
La primera y más discreta posibilidad es optar por integrar en look nupcial blanco algunos detalles negros.
Un lazo negro a la cintura, que rompa la pureza de tu vestido blanco sin demasiada estridencia es un detalle fácil pero sorprendente que, sin arriesgar en exceso, transforma completamente un vestido tradicional.
Otra posibilidad es añadir ciertos detalles o accesorios en negro a un vestido blanco: unos guantes, los zapatos, un tocado, el ramo (como Pilar Rubio) o alguna joya serán suficientes para dar un giro a tu look de novia sin alejarte en exceso de los patrones clásicos. Convertir o no en protagonista al complemento negro depende tanto de la sencillez de tu vestido como de lo excesivo del accesorio elegido.
Una tercera opción en la que el blanco sigue siendo protagonista, es incorporar en el patrón del vestido un detalle negro importante. Unas mangas teatrales o un cancán negro que se vea al caminar son apuestas especiales para dar un giro radical a tu vestido blanco.
Si quieres mantener un equilibrio entre blanco y negro, puedes optar por combinarlos en tu vestido a partes iguales.
Las aplicaciones son un recurso perfecto para decorar un vestido y del mismo modo en que se pueden utilizar encajes y bordados en blanco o abalorios transparentes, lentejuelas y strass, es posible recurrir a detalles en azabache o bordados en hilo negro para crear filigranas sobre un vestido blanco.
La combinación de un top blanco y una falda negra, o al contrario, es un recurso perfecto para mantener el equilibrio entre ambas fuerzas contrarias. En este caso serán los complementos los que decidan hacia dónde se va a inclinar la balanza.
Existe también la posibilidad de combinar el blanco y negro en una sola pieza ya que muchas colecciones nupciales incorporan vestidos elaborados mezclando tejidos de ambos colores. Si buscas potenciar contrastes, elige el negro cerca de la cara si tu piel es pálida y al contrario si tienes la tez morena.
No hace demasiado tiempo, hasta la mitad del siglo pasado, el negro era el color de las novias y aunque esta tradición cayó en desuso, ahora se ha recuperado como opción para las mujeres más trasgresoras. La opción de mezclarlo con detalles en blanco ayudará a suavizar tu estilismo nupcial.
Optar por un vestido negro con un detalle luminoso en el escote aporta luz y si además eliges un tocado en el mismo color centrarás todo el protagonismo en tu cuello y en tu rostro. Perfecto si apuestas por líneas sencillas en el resto del vestido.
Las mangas se pueden convertir en las protagonistas de tu vestido de novia y puede ser un gran acierto si eliges para el resto de tu vestido líneas minimalistas. Esta opción es especialmente llamativa si juegas al contraste del blanco y negro, sólo tienes que poner el foco de atención en la parte del vestido que quieres que destaque.
Otra posibilidad es elegir un modelo de vestido con capas de tul transparente que te permitan jugar con las transparencias. Usar el blanco como base y cubrirlo con una delgada capa de tejido negro. Se formarán luces y sombras con el movimiento del vestido, permitiéndote jugar con las diferentes capas.
Si tienes muy claro que un vestido negro es la elección perfecta para ti, prueba a darle un toque de alegría con un cancán blanco que sólo asome cuando camines, cuando bailes o, simplemente, cuando te lo levantes. Si esta es tu apuesta, debes plantear todo el look en base a un vestido negro manteniendo en secreto este golpe de efecto y reservar la sorpresa para el momento adecuado.