Nos encantan los tocados para novias e invitadas, además de para eventos especiales. La variedad es impresionante y es prácticamente imposible que no encuentres el que más vaya contigo. Dentro de esa variedad no podemos dejar de celebrar que los tocados con redecilla para invitada hayan vuelto, esta vez para quedarse. Con ellos podemos conseguir un look tan impresionante, como elegante y sofisticado.
Los tocados con redecilla han estado desde siempre asociados a la realeza y a un estatus social alto. Su capacidad de distinción sigue vigente, y aporta una diferenciación única que te hará brillar entre el resto de invitadas. Para las royals sigue siendo imprescindible, y para nosotras son la opción de triunfar con un look absolutamente impecable.
Como complemento habitual, estuvo muy de moda en los años 40 y 50, quedando en el olvido posteriormente. Por eso al recuperarlo es inevitable sentir que, además de elegancia, estamos aportando a nuestro look de invitada un cierto aire boho y vintage decididamente encantador. Y de que son máxima tendencia no podemos dejar de decirlo, sobre todo desde que Givenchy o Prada han incluido este tipo de tocados en sus desfiles.
Los tocados de redecillla también se ha convertido en tendencia entre las novias, pero sin duda son las invitadas las que consiguen sacarle todo el partido posible. Le confieren un acabado al outfit lleno de personalidad, muy trendy y envuelto de un cierto misterio que resulta de lo más atractivo.
Las posibilidades son infinitas: diademas, sombreros, coronas de flores o broches que llevan incorporada una redecilla que en ocasiones es de quita y pon. El largo de la rejilla, la voluminosidad del tocado o los materiales son componentes con los que puedes jugar hasta dar con ese tocado chic e infalible con el que sueñas.
La principal norma a la hora de elegir un complemento de este tipo es que te haga sentir cómoda y que te puedas identificar con él. Los hay más y menos discretos, con colores suaves y vistosos, con la redecilla más larga o más corta. Lo importante es que, elijas el que elijas, te sientas favorecida.
Piensa que puede cubrirte solo los ojos, y ser un precioso detalle, o cubrirte el rostro entero, y ser lo más destacado de tu look. Tú marcas la medida, el volumen, los colores y los tejidos, pero eso sí, te recomendamos que, aunque tengas una idea preconcebida de cómo quieres que sea, te dejes sorprender por las impresionantes propuestas de los expertos en tocados. Son realmente impresionantes.
El primer paso es elegir el largo de la redecilla. A la hora de hacerlo, lo ideal es que no cubra la boca, no porque no sea bonito (de hecho puede ser espectacular), sino porque te va a resultar incómodo tener que estar levantándolo para comer o beber todo el tiempo. Piensa que el protocolo marca que no se puede retirar el tocado, así que a menos que el tuyo tenga una redecilla que puedas quitar cuando quieras, no puedes olvidar que la comodidad es un factor a tener en cuenta.
Siguiendo con la redecilla, aún tienes decisiones importantes que tomar, como el color, el ancho de la red, y si va a ser más o menos tradicional en su diseño. Puedes ser de las más atrevidas y elegir una redecilla original que marque la diferencia. Las hay incluso con incrustaciones de cristal que son espectaculares.
Una vez elegida la redecilla, ya puedes pensar en si quieres unirla a una diadema, un sombrero o una peineta con abalorios como pedrería o pluma. Hay reglas de proporción que puedes aplicarte y que te ayudarán a que el tocado te favorezca el máximo posible. Nos estamos refiriendo a tu altura y cómo puedes utilizarla para saber qué tipo de tocado añadirle a la redecilla. Cuanto más alta seas, más pequeño debería ser el tocado, mientras que con una estatura pequeña o media puedes llevarlo más grande y llamativo.
Si vas a darlo todo con un tocado, recuerda que el vestido ha de ser sencillo, si no te quedará un look muy recargado. En cambio, con un tocado pequeño o discreto puedes jugar más con los volúmenes y estampados para el vestido y que el tocado sea la guinda del pastel.
A la hora de elegir el peinado debes pensar tanto en el tocado como en el escote trasero del vestido. En cualquier caso, lo ideal es que sea un peinado sencillo que no sobrecargue el acabado. Un moño bajo es perfecto para darle todo el protagonismo al tocado, pero también favorece muchísimo el pelo suelto. Si lo tienes largo prueba con unas ondas suaves, y si tu melena es midi, unas ondas al agua le darán un aire vintage espectacular.