El vestido de novia de Grace Kelly es un icono de la moda nupcial que ha servido de inspiración a las novias del siglo XX y XXI, tanto por su silueta ajustada al cuerpo con extra de volumen en la falda, como por los materiales y detalles empleados en su confección.
Grace Kelly confió para su elaboración en Helene Rose, una diseñadora de vestuario de la Metro Goldwyn Mayer con quien había trabajado en películas como Alta Sociedad y El Cisne. El diseño del vestido estaba inspirado en los archivos de la MGM, en concreto en el modelo que la misma diseñadora había creado para Dorothy McGuire en la película “Invitación”.
Cuello alto, manga larga, cuerpo de encaje con corpiño, falda de tafetán con volumen y fajín ajustado a la cintura. Los elementos comunes son muchos, aunque el resultado fuera muy diferente, principalmente por los lujosos tejidos con los que se elaboró el vestido de la futura Princesa de Mónaco.
El vestido estaba formado por un cuerpo de encaje de Bruselas con rosas de puntilla e incrustaciones de micro perlas y una falda de tafetán decorada con perlas a la que añadía volumen un cancán de tres capas, que se ajustaba a la cintura con un fajín ancho drapeado. La cola, no demasiado larga, fue una pieza añadida al vestido.
El velo de tul prácticamente transparente iba rematado con motivos naturales bordados. Para sujetar el velo se utilizó un tocado Julie Cap adornado perlas y encaje y decorado con flores de azahar.
Otro de los detalles que distingue el look nupcial de Grace Kelly es que renunció al clásico ramo de novia. En lugar del tradicional bouquet de flores optó por llevar un libro, "El manual de la novia" de J.M. Lelen, cubierto de seda, encaje y perlas, decorado con un pequeño ramo de lirios del valle.
Grace Kelly optó para su boda por un maquillaje natural en el que solo destacan unos labios en color ladrillo. En cuanto a los zapatos, eligió un modelo de un tacón de 6,35 centímetros diseñados por David Evins, que para darle suerte incluían un penique de cobre en el zapato derecho