Una boda siempre suele ser signo de alegría. Además, un enlace real, en la mayoría de ocasiones, atrae todas las miradas, tanto de los más curiosos como de los expertos en moda. Es por eso que allá por 1997, la boda entre la infanta Cristina y el deportista Iñaki Urdangarínboda entre la infanta Cristina y el deportistaIñaki Urdangarín generó gran interés público. Todo lo contrario que sucede actualmente con su relación.
Fue el 4 de octubre de 1997 la fecha elegida por la pareja para darse el ‘sí, quiero’. El escenario elegido fue la catedral de Barcelona, un lugar que no fue escogido al azar. Ambos decidieron casarse en la ciudad donde se conocieron y en la ciudad que les vio crecer como pareja. Es por eso que, al ser un miembro de la familia real, su enlace no estuvo exento de una infinidad de lujos.
Ella había estado estudiando en la capital condal y él jugaba en uno de los mejores equipos de balotan a nivel nacional. A su boda invitaron a más de 1.400 personas, que acudieron puntuales a la ceremonia religiosa. Como no podía ser de otra manera, Cristina confió en su diseñador de cabecera, Lorenzo Caprile, para que le construyera el vestido de sus sueños. Así, el vestido de Caprile dio la vuelta al mundo y el diseñador comenzó a hacerse famoso en todos los lugares del globo. Un éxito que le costó mucho asimilar, ya que por aquel entonces ni había cumplido los 30 años.
El vestido estaba realizado en seda con corte imperial, escote de barco, manga larga y una cola larga y un velo de encaje. Es más si le echas un vistazo ahora podrás comprobar que se parece bastante a un vestido de novia que vimos hace poco tiempo; el de Meghan Markle. Eso sí, el vestido de la duquesa de Sussex estaba diseñado por Claire Waight Keller, quien se encuentra al frente de la histórica casa Givenchy.
Eso sí, la infanta Cristina lo llevó con una tiara floral que el gobierno español le regaló a la reina Sofía en 1962. La pieza, hecha en platino y diamantes, era un diseño de la firma francesa Mellerio. Para el cabello, Cristina se decantó por un moño bajo y, además, se maquilló de una forma muy natural.