Tras conocer hace pocas semanas la controvertida pelea que surgió entre Guillermo y Enrique de Inglaterra, y que acabó con el menor de los hijos de Diana de Gales tirado en el suelo, pensamos que ya nada relacionado con la familia real británica podría sorprendernos. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.
Las muy comentadas memorias del duque de Sussex, que vieron la luz el pasado 10 de enero y que dejan como principales perjudicados a su padre, el rey Carlos III y a su hermano, el príncipe William, se han convertido en un cóctel de rocambolescas anécdotas de la vida del joven príncipe. Muchas de estas historias han dejado sin palabras a medio mundo, como por ejemplo, la relacionada con el parto de su primer hijo con Meghan Markle.
En uno de sus más íntimos capítulos, la biografía revela como el príncipe y su mujer Meghan inhalaron Entonox, comúnmente conocido como 'gas de la risa', el día que su primogénito llegó al mundo. Harry ha revelado que el 6 de mayo de 2019, tras lograr salir de Frogmore Cottage en un coche discreto y sin levantar las sospechas de la prensa, su mujer y él se dirigieron al Portland Hospital de Londres, lugar donde en pocas horas verían por primera vez la cara su bebé.
Entre las páginas del polémico libro, el príncipe Enrique ha reconocido que aquel día, mientras Meghan Markle votaba en una pelota de pilates, una práctica usada muy comúnmente para aliviar el dolor durante la dilatación y facilitar el parto, él se hizo con la botella de 'gas de la risa' que su mujer tenía a su disposición junto a la cama del hospital e inhaló un par de caladas. La ex actriz repitió esta misma acción minutos después que Harry, con el objetivo de aliviar el dolor que las contracciones, cada vez más seguidas y duraderas, le provocaban. Según las palabras escritas por su marido, tras ver el efecto que la sustancia anestésica había provocado en él, Meghan sintió que en medio de ese momento lleno de dolor e ilusión a partes iguales, la idea de su esposo había sido incluso divertida, pues Harry acabó saltando junto a ella en la gran pelota de plástico morado.
El resto del capítulo recoge como fueron esas intensas horas de parto, donde Meghan incluso llegó a necesitar de la asistencia de un anestesista que le suministró la epidural para finalmente poder dar a luz a Archie, el primer hijo en común de la pareja.
Aunque pueda parecer extraño, lo que más ha sorprendido de esta historia no ha sido si Harry y Meghan lo había inhalado o no, sino más bien el motivo por el cual los duques tenían a su disposición una sustancia como el 'gas de la risa'. Sin embargo, a pesar de que en nuestro país sea una práctica poco habitual, en lugares como Reino Unido, Canadá, Australia o incluso en clonas del norte de Europa, es muy común que los hospitales, tanto públicos como privados, cuenten con el Entonox entre sus medicamentos.
Se trata de un gas cuya composición está formada en gran medida (hasta un cincuenta por ciento) por óxido nitroso, una sustancia que produce un efecto anestésico y que, además de reducir considerablemente la sensación de dolor, tiene un efecto calmante. Es un medicamento eficaz, seguro y permitido en casos como los partos o incluso en intervenciones dentales. Su finalidad es similar al de la epidural, más común en España. Sin embargo, la duración de su efecto es mucho menor, pues el gas actúa al instante de ser inalado y se elimina con mayor rapidez que la inyección que mantiene su efecto durante unas horas.
En Reino Unido es muy común el uso del 'gas and air', como allí conocen al Entonox, pues es una practica que, supervisada y prescrita con anterioridad por los especialistas, resulta eficaz para asegurar que el alumbramiento sea lo más agradable y menos doloroso posible para las mujeres que escojan un parto natural.