Aunque asociemos realeza a riqueza, y no nos faltan razones para hacerlo, el mundo empresarial es capaz de producir más dinero que la corona de Inglaterra. La prueba de ello es la fortuna que atesora Pippa Middleton, que es más rica que la princesa Ana de Inglaterra y que su propia hermana, Kate Middleton. Fue precisamente en a boda de esta con el príncipe Guillermo cuando todas las miradas se posaron en la hermana de la novia. Pippa Middleton acaparó la atención de los medios y de la noche a la mañana se convirtió en una de las solteras más codiciadas de Inglaterra. Poco tardó en casarse y lo hizo con mucho acierto, al menos para su cuenta corriente, al elegir por marido a James Matthews, un hombre con un olfato privilegiado para los negocios.
Aunque todo apunta a que el negocio de los padres de Kate y Pippa ha llegado a su fin, durante años les convirtió en una familia adinerada sin que hubieran contado con llegar a serlo. Party Pieces, el pequeño negocio familiar de artículos para fiestas que gestionaban desde su propia casa, pasó a ser en poco tiempo un imperio con decenas de empleados que gestionaban miles de pedidos semanales.
Fue allí donde Kate y Pippa dieron sus primeros pasos en el mundo empresarial. La primera en abandonar la empresa fue Kate cuando se casó con el príncipe Guillermo. Poco después lo haría Pippa para empezar su propia y exitosa andadura profesional.
Pippa Middleton comenzó a hacer su propio dinero siendo la imagen de marcas de lujo, pero consiguió la base de su fortuna gracias a la publicación de dos libros que, a pesar de haber sido un fracaso editorial, a ella le reportaron grandes beneficios. Por el primero, “Celebrate”, publicado en 2012, recibió la friolera de 400.000 libras de adelanto. Y se estima que por el segundo, “Heartfelt”, publicado en 2016, pudo recibir una cantidad aún mayor.
Para favorecer aún más esta boyante situación económica, en 2017 se casó con el aristócrata James Matthews, un financiero millonario, con olfato y mano para los negocios. Juntos, han amasado una gran fortuna que supera con creces a la de su hermana Kate y a la de la mismísima Ana de Inglaterra.
Pippa y James se mudaron tras casarse a una espectacular casa en Chelsea, un exclusivo barrio londinense. La vivienda, de cinco pisos, contaba con seis suites, un gimnasio y hasta un cine. Pero en 2022 la vendieron por 22,5 millones de libras y se instalaron en una mansión en Berkshire, de estilo georgiano y con 30 habitaciones. Allí, Pippa disfruta de una fortuna que ronda los 50 millones de euros, frente a los 30 millones de la princesa Ana de Inglaterra. Se dedica a cuidar de sus tres hijos y a disfrutar de la vida, con un horizonte que solo le augura una fortuna aún mayor. Entre otras cosas, porque su marido es el heredero de un título nobiliario que les convertirá en el futuro en Lord y Lady Glen Affric, acompañado de un señorío. Sin duda, nada tiene que envidiar Pippa a su hermana, al menos en el aspecto económico.